Cuando sientes que necesitas la aprobación de otros para dar pasos en tu vida, es probable que tengas que trabajar mucho en tu autoaceptación e incluso en tu autoestima. Pensar que los demás deben dar el visto bueno tanto en tus decisiones de vida, como en las cosas que logras, es tanto como quitarte todo el poder personal y regalar tu ser entero a alguien más para sentirte aceptada y valorada. Aquello que hagas en la vida se verá reflejado y no necesitas esforzarte para que lo noten, eso sucederá por cauce natural. Así que libérate de esa necesidad de que los demás te validen o te admiren y fluye con naturalidad ante la vida y aprende a admirarte por el simple hecho de vivir como tu has decidido hacerlo.
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Cuando dudas de ti misma y quieres llenar tus vacíos buscando los aplausos de los demás, te estás metiendo en un laberinto sin salida. Convertirte en una persona que no eres o que necesita colocarse ciertas máscaras para aparentar y llenar las expectativas de otros, tarde o temprano te hará sentir muy insatisfecha e infeliz.
Alcanzar la plenitud tiene sus costos y muchas veces incluye el atravesar por en medio de las críticas o el rechazo. Ser feliz sin tener el permiso de nadie más que de ti misma, requiere de mucha fortaleza interior y la puedes lograr si te lo propones. Así que toma nota de esto que te comparto.
Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips prácticos para la mujer y consejos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.
No tienes que demostrar tu lealtad cediendo en algo si no estás convencida de hacerlo.
No confundas la lealtad con el hecho de ir en contra de ti misma. Si alguien a quien amas mucho te pide que hagas algo que trasgreda tus convicciones o tu integridad, no te sientas comprometida y mucho menos sientas que estás comentiendo traición. La verdadera lealtad empieza hacia ti misma antes que hacia los demás. Destruir o destruirte a ti misma en nombre del amor, sería un acto del que tarde o temprano acabarás arrepintiéndote.
No debes cambiar tu punto de vista o tu opinión por miedo a ser criticada o excluida.
En el afán de querer demostrar que eres de mente abierta o de querer pertenecer a un grupo, puedes cometer el grave error de aparentar un cambio en tu punto de vista o de ir en contra de tus propias opiniones. Y no tendría nada de malo recapacitar o rectificar en algo si lo hicieras por verdadera convicción o por darte la oportunidad de ver las cosas desde otro enfoque. El verdadero problema surge cuando lo haces “sólo” por el mero hecho de demostrar que estas a favor de algo que en realidad va en contra de tus convicciones, solo por ser aceptada.
No tienes que demostrar que eres inferior a nadie, con tal de caber en algún proyecto.
No midas tus capacidades o tu creatividad en función de la opinión o el criterio de alguien más, “por muy experto que sea”. Si tu tienes un proyecto, dale forma, toma lo mejor de esa opinión acompañada de rechazo y reconstruye tu idea. No tienes que demostrar con rendición o resignación ante tu meta que los demás tienen la razón y hacerte chiquita con tal de ser tomada en cuenta. Lucha por tu sueño aún y cuando creas que vas en contra del viento o marea.
No des explicaciones que sabes que no quieres, ni tendrías que dar.
Nada peor que caer en la justificación de tus decisiones. Al final quien va a asumir las consecuencias de cualquier acción asertiva o no, serás tú. En ese caso, date la oportunidad de explorar el mundo y de elegir, en función de tu criterio. Solo tú sabes lo que necesitas para tu vida y el momento que estás viviendo. Si esto molesta a otros, o eres juzgada por ello, es algo que tendrás que aprender a superar, no siempre vas a darle gusto a la gente.
No tienes que demostrar tu inteligencia compitiendo, sé tú misma.
No quiero decir que la competencia no sea un buen motor para emprender nuevos retos. El problema es que cuando quieres demostrar algo buscando superar a alguien más, corres el riesgo de dejarte llevar por la envidia o los celos y perder de vista que la verdadera competencia es contigo misma desde el hecho de explotar tus dones y talentos. Eso es lo que te hará auténtica en cualquier desafío que se te presente en la vida. La inteligencia no debe ser demostrada, debe ser practicada.
No tienes que demostrar que eres prudente, si algo no te parece dilo con cortesía, pero dilo.
Hay un dicho que dice que lo cortés no quita lo valiente y es que, en este sentido, desde tus inseguridades, puedes confundir la prudencia con la falta de límites. Es muy importante que tengas clara la diferencia. El hecho de que no quieras discusiones o conflictos, no implica que debas permitir que otros crucen la línea del respeto. No tienes que demostrar que eres neutral, cuando en el fondo tienes un punto de vista y un criterio que puedes compartir sin miedo.
No tienes que demostrar que eres bondadosa y de muy buenos sentimientos, hazlo sin necesidad de probarlo.
Tener actos de caridad con los que lo necesitan, es una acción maravillosa que puede permanecer en el anonimato. No quiero decir que no estés orgullosa de ti o de tus acciones, o que no lo debas compartir. Sin embargo, tú no puedes engañarte a ti misma. Si te encuentras a ti misma en la intención de querer que los demás lo noten para ser validada, debes evaluar tus motivos para hacerlo. Los actos de bondad no necesitan reconocimiento, porque el mejor reconocimiento está en el corazón de aquellos a los que ayudaste.
Tu brillo te pertenece a ti, así que no te esfuerces para que otros lo noten.
Todos, absolutamente todos tenemos habilidades y talentos, son dones que nos pertenecen y que podemos utilizar para encontrar nuestra misión en la vida. El brillo es parte de dicho don y nada tiene que ver con el ego. No necesitas hacer cosas para que otros lo noten. El hecho de que tus talentos sean validados, tiene que ver con el buen uso que les des, y eso va más allá del espejismo de la fama o del reconocimiento.
No tienes que fingir que estás de acuerdo con alguien solo para no lastimarlo.
Esta es una forma indirecta de sobreprotección, y como te lo he dicho en otras notas, demostrar tu amor desde el sobrecobijo, lleva el mensaje implícito de que el otro no es capaz. Por muy débil que veas a alguien, es importante que tomes en cuenta que todos los seres humanos tenemos la capacidad de sobreponernos a las caídas ante aspectos difíciles de la vida. Aunque tu muestra de amor tenga la mejor intención, puede resultar algo que perjudique y limite la capacidad o el verdadero potencial del otro.
No tienes que demostrar que eres fuerte, si sientes temor, acéptalo como algo natural.
El miedo es una emoción natural que nos ayuda a sobrevivir ante el peligro, de lo contrario, estaríamos expuestos y en riesgo permanente si no contáramos con ese mecanismo de alerta tan importante. Todo ser humano sano física y mentalmente, siente miedo. Cuando la incertidumbre o la angustia se apoderen de ti, ábreles la puerta. Esta es la única forma en que bajaras la tensión ante lo desconocido y sentirás un gran alivio por sentirte una mujer de carne y hueso.
No tienes que dar explicaciones sobre tu apariencia o modificarla para pertenecer.
Cuando tomas decisiones sobre cómo te quieres vestir, como te quieres maquillar, como te quieres peinar, etc. Lo haces porque te sientes cómoda, porque te sientes bien contigo misma. Y, aunque se que hay muchas reglas de etiqueta, tu decides si te sientes cómoda siguiéndolas o no. Lo importante es que no trasgredas tu esencia y tu comodidad. No es un tema de rebelarte, es un tema de sentir que tú puedes ser la misma con la apariencia que sea.
No tienes que justificar tus equivocaciones, si fracasaste en algo no te sientas mal.
Todas sabemos que del fracaso se aprende mucho. Esas experiencias nos indican el camino que necesitamos recalcular. A veces esos tropiezos son necesarios y no tienes por qué avergonzarte de ello. Si le das mucho poder a la opinión de otros, vas a querer demostrar a través de justificaciones innecesarias que el tropiezo que viviste no fue culpa tuya o que por eventos fuera de tus manos, en fin, sea el motivo que sea, no es necesario que des explicaciones.
No tienes que demostrar tus éxitos a quienes alguna vez te retiraron su apoyo.
Hay una frase que me encanta y que en realidad no se si pertenezca a Einstein pero que se la han adjudicado y dice así: “Siento una enorme gratitud por los que alguna vez me dijeron NO. Gracias a ellos lo hice yo mismo”. Y es que cuando logras alcanzar una meta y recuerdas a aquellos que te cerraron las puertas, es posible que quieras mostrarles tu logro como una forma de decir que, si pudiste, aún sin su ayuda. No es necesario, no desgastes tu energía en ello.
No tienes que demostrar que siempre estás de buen humor, puedes ser genuina en tus emociones.
Si no te sientes en condiciones de sostener una conversación porque no estas de humor, si no te sientes con ganas de tolerar el sarcasmo de alguien porque no te sientes con ánimo o si no te sientes con ganas de bromear porque estas atravesando por un mal momento en tu vida, no te sientas con el compromiso de poner siempre una buena cara. Es válido que seas honesta y que, con respeto, expreses que no te sientes cómoda, siendo asertiva al expresar como te sientes.
No tienes que exigirte demás con tal de demostrar tus talentos.
Se que las habilidades se desarrollan con la práctica y con el tiempo. En este sentido, necesitas tener paciencia y exigirte, eso sí, es importante hacerlo únicamente por el mero hecho de querer superar tus propios límites. Ya que, si se trata de que caigas en sobreexigencias nada más por querer demostrarle a otros que “tú puedes”, estarías recorriendo el camino equivocado. Llevar a tu cuerpo, a tu mente e incluso a tu alma al extremo del agotamiento sólo por que te miren, sería una mala jugada para tu autoestima.
Escucha estos consejos para aumentar tu autoestima y olvidarte del qué dirán en nuestro podcast.
Mamá Dice es el podcast de consejitos de maternidad de MamásLatinas. Escúchanos de lunes a viernes en tu plataforma de podcasts favorita. Son cortos y se adaptan al estilo de vida de cualquier mamá.