Por años me sentí como la mujer más idiota del mundo por no poder organizar, o respetar el presupuesto de la familia. No te puedo explicar la cantidad de pleitos con mi marido y los sustos al ver el saldo en el banco antes de fin de mes. Sin embargo, hoy en día ese gran problema está bajo control y te voy a explicar cómo lo hice.
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Evalúa en qué gasta más tu familia
Es imposible ponerse metas si no entiendes la realidad financiera de tu familia y los hábitos y patrones de consumo.
Determina cuándo en el mes se cometen las mayores imprudencias
¿Te da por gastar cuando acabas de recibir tu salario o cuando estás por entrar en aquellos días del mes? ¿Tu marido siente que se quiere hacer sentir mejor cuando pierde su equipo favorito? Descubre tus debilidades para poderlas contener.
Activa el sistema de ahorro automático
Dale a tu banco instrucciones de que te mueva de tu cuenta corriente a la cuenta de ahorros una cantidad específica todos los meses. Aunque sea $20. Si el dinero no está disponible para ser gastado, probablemente no lo hagas.
Establece las cantidades ideales que quieres gastar
Los expertos en finanzas personales dicen que el mayor gasto de una familia debe ser el pago de la casa, pero que nunca debe pasar el 30% de los ingresos. A partir de ahí decide cuánto vas a gastar por comida, educación, ropa, transporte y extras.
Apóyate en la tecnología
Desde el website de tu banco, hasta la tienda de aplicaciones para tu teléfono te dan opciones para estar pendiente de cuánto dinero tienes y cuánto dinero gastas. La única manera de tener control de tus finanzas es saber exactamente con qué cuentas, qué entra y qué sale.
Haz que toda la familia colabore
Explica a todos los miembros de tu familia lo importante que es controlar el gasto. Los niños serán tus principales aliados si los convences de que tienen que ser tus ayudantes en este esfuerzo.
Paga tus deudas
Asegúrate de separar un poco de dinero todos los meses para pagar las deudas. Si no todos tus esfuerzos serán en vano, pues tu deuda seguirá creciendo.
Haz un contrato
Si vives en pareja, es esencial que trabajen juntos y se apoyen mutuamente, incluso cuando uno de ustedes tenga más dificultad que el otro para aguantar las tentaciones del despilfarro.