"En la guerra y en el amor todo se vale, el amor todo lo perdona, el amor lo hará cambiar, el amor, el amor…" Y así, puedes pasarte tu vida entera creyendo cosas muy equivocadas sobre lo que es verdaderamente el amor. El problema es que cuando estás tan confundida puedes meterte en relaciones tormentosas, y en lugar de vivir un idilio amoroso, vas a vivir un verdadero infierno o un gran vacío interior.
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Aunque es súper complicado definir al amor, está muy claro que este siempre será un elemento constructivo para la vida y jamás destructivo. Cada quien lo puede definir a su manera, aunque cuando se confunde con emociones tóxicas, es clarísimo que nada tiene que ver con una razón de crecimiento.
En la vida se han cometido tantas barbaridades en nombre del amor que puedes darte cuenta de los riesgos que corres cuando no sabes delimitar su verdadero significado. Así que mira unas cuantas ideas falsas en las que no debes caer.
El amor es eso que nos lleva a fundirnos en uno solo.
Que romántico suena pero pensar en que el amor es una especie de simbiosis, es algo así como creer que debes renunciar a tus espacios, a tu criterio, a tu individualidad. Es muy lindo escuchar esto en poesía, pero en la realidad se llama codependencia.
Jamás te pierdas en tu pareja, aprende a detectar las señales a tiempo.
Esto podría llevarte a perder tu identidad, a convertirte en una plastilina moldeable y a olvidarte totalmente de ti. Si tu pareja o tú misma tienes actitudes controladoras o dominantes, ponte freno a tiempo, porque esto siempre crece de menos a más.
Si no hay romance y detalles, entonces no es amor porque no te lo demuestra.
¡Falso! En definitiva puede ser una etapa, pero no lo es todo. El amor en la pareja pasa por diferentes momentos, el amor que te da estabilidad, no siempre está lleno de miel y cortejo. Vivir esta fase es lindo, pero no puede ser tu única expectativa.
Jamás pienses que el amor se reduce a mariposas en el estómago y a flotar en las nubes.
Vivir en este estado de forma permanente te impediría comunicarte de manera realista con tu pareja, hacer acuerdos e incluso discutir sanamente. Todo con tal de no romper la magia.
Primero está mi pareja, por amor y lealtad a él, debo renunciar a todo lo que me pida.
Renunciar a tus amigos, vida social o intereses personales pueden ser los pasos lentos que te meterían en una situación de total despersonalización e infantilización.
No permitas que tu relación se transforme en una dinámica de padre controlador e hija sumisa.
Cambiar la dinámica de relación entre adultos y entrar en una rara combinación de pareja que actúa como papá o mamá implica que necesitas que te controlen. Quizá así lo aprendiste en tu propia dinámica familiar con el modelo de tus padres ¡Rompe ese patrón!
Sin amor jamás me sentiré feliz y completa.
Hay una parte de razón en esta creencia. Solo que la parte sana es “el amor propio”. Si buscas afuera lo que aún no has logrado en tu interior fracasarás una y otra vez.
Si no ha llegado a tu vida una pareja, no creas que es la solución a tus vacíos.
Pensar que una pareja tiene el poder de hacerte feliz y sacarte de un agujero emocional, estás muy equivocada. El poder está en ti. Mientras no mejores la relación contigo misma jamás encontrarás al hombre ideal.
El amor es para siempre, él jamás me dejaría.
Es muy motivador planear un futuro juntos mientras miran las nubes y se prometen amor eterno, o hablar de envejecer juntos mientras miran el mar. Esto no es para desmotivarte, es solo para que vivas el aquí y el ahora y no te decepciones si no funciona.
Enamórate, vive el amor, pero nunca entregues tu vida, tu alma y tu corazón entero a una relación.
Cualquier ruptura es dolorosa. Cuando sucede donde la dependencia y la pérdida de identidad predominaron “por amor”, el golpe emocional es fuerte. La sensación de que te quedas sin nada y sin sentido puede llevarte a una recuperación larga y dolorosa.
Cuando hay amor, lo demás no importa, el va a cambiar por amor.
La creencia de que el amor lo hará capaz de cambiar sus conductas tóxicas, es la idea más peligrosa que puedes tener. Claro que el amor es importante pero no es garantía de que él se transforme de la manera que tú esperas.
El amor no es suficiente, se requiere compromiso, honestidad y responsabilidad.
Cambiar un hábito tóxico requiere “aceptación” y por más promesas que haga tu pareja deben existir pruebas de compromiso real y acciones sustentables que hablen de su verdadera intención de cambiar.
El amor hace que nos pertenezcamos el uno al otro.
Esto es el inicio del camino de la obsesión y la posesividad. Otra creencia romántica que va del “tú eres mío y yo soy tuya”. Esto a la larga puede volverse enfermizo pues la idea de “nos pertenecemos” le quita libertad a ambos.
No hay nada más valioso que una relación basada en la libertad y el compromiso.
El compromiso no implica un contrato de pertenencia. En realidad la sensación de libertad es la que lleva a la lealtad y al compromiso real. La libertad por decisión y no por obligación lleva a un amor sano.
Aunque me duele su actitud, todo lo hace por amor.
Es enfermizo que una pareja te diga cómo hablar, vestir, caminar o con quién relacionarte “porque te ama”. Peor aún es que recurra a la violencia porque tú lo provocaste. Ningua de estas conductas tienen algo que ver con el amor.
Busca ayuda profesional, puedes tener una idea muy distorsionada del amor.
El amor no es violencia, el amor no es control, el amor es respeto, el amor es tolerancia y sobre todo el amor no destruye, construye. Es claro que tienes un problema emocional y necesitas orientación, no te abandones y pide ayuda.
El amor y el sexo siempre van de la mano.
Confundir el sexo y la pasión con amor puede cegarte y provocarte una dependencia solo por el placer que te produce. Aunque es posible que del sexo puedan pasar al amor, no significa que siempre vayan de la mano.
Jamás te dejes engañar solo porque te gana la pasión o un amor mal entendido.
Puedes convertirte en “la otra” o ser tú quien decida estar con un amante, pensando que es amor cuando en realidad lo que sientes es deseo y pasión. No te engañes y piénsalo dos veces antes de meterte en relaciones donde puedes salir lastimada.
El amor es entrega total e incondicional.
Si por amor aceptas todo sin condiciones y justificas las conductas inapropiadas de tu pareja te estarás olvidando totalmente de ti misma. Conductas delictivas, que te pongan en riesgo o te hagan sentir incómoda son incompatibles con el amor.
Una cosa es el amor a tu pareja y otra cosa es el amor propio.
Desde las formas no consensuadas de sexualidad o situaciones de agresión, o cuestiones que pongan en riesgo tu salud, implican peligro para ti. El amor no es aceptar aquello que no quieres con tal de no sentirte sola o abandonada. Ten cuidado.