Remedios caseros: Secretos de la abuela para combatir el insomnio

El sueño es una función fisiológica que le proporciona a nuestro cuerpo el descanso para recuperar energías perdidas durante el día. Se dice que nuestro cuerpo necesita descansar entre 7 y 8 horas por lo que no dormir altera terriblemente nuestro organismo y nos produce insomnio. ¿Alguna vez lo has padecido?. 

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¿Es desesperante, verdad?. No conciliar el sueño nos hace la noche eternamente larga y amanecemos sientiéndonos cansadas, irritadas, con dolor muscular y no rendimos en los quehaceres ¡Hasta dolor de cabeza puede producir! Si eres como yo, que no me gusta medicarme, echa mano de estas recetas caseras que te ayudarán a combatirlo.

1. Una buena cama, limpia, bien tendida y cómoda es uno de los ingredientes principales para conciliar un buen sueño.

2. Toma una ducha tibia antes de acostarte.

3. Las bebidas aromáticas endulzadas con miel pueden ayudarte mucho, como la manzanilla, el cidrón o hierbaluisa, la lavanda, hierbabuena y la valeriana. Toma una taza de cualquiera de estos tés bien calientita por lo menos una hora antes de irte a dormir y te ayudarán aliviar el estrés y la tensión, que son una de las causas del insomnio.

4. Otra alternativa es una taza de leche caliente endulzada con miel. Dicen que es infalible.

5. Hacer un poco de ejercicio también contribuye a relajarnos y que nuestro cuerpo esté mas dispuesto para descansar. Y ten a la mano esta lista que te dejo abajo para que duermas como un bebé:

– No consumas alimentos pesados antes de ir a dormir.

– Escucha música relajante.

– Lee un buen libro antes de irte a la cama.

– Trata de establecer horarios para dormir.

– No tomes bebidas con cafeína.

-No tomes mucho líquido por la noche, para que no tengas que levantarte a media noche para ir al baño.

– Mantén una buena temperatura en tu habitación.

– Viste ropa de dormir holgada, cómoda y acorde a la estación del año.

Si los síntomas persisten, consulta con un especialista, pero debes tener cuidado con los medicamentos porque aunque tengan prescripción médica, al principio ayudan, pero paulatinamente van perdiendo su eficacia y crean dependencia, entonces puede resultar peor el remedio que la enfermedad.

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