Tengo la sospecha de que mi hijo de 11 años es intolerante a la lactosa: no toma leche de vaca, rechaza los quesos frescos (aunque le fascina el yogur y los panqueques con buttermilk o suero de leche). Así que estoy maravillada porque __e__ncontré en el supermercado una leche de almendras que no contiene azúcar y sólo aporta 30 calorías por cada taza. Decidí probarla.
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Mi primera sorpresa fue percatarme de que cuando consumes la leche de vaca, también estás consumiendo azúcar. Para mí, este fue un gran descubrimiento: la leche de vaca, sea completa, con un porcentaje mínimo de grasa o descremada, tiene azúcar añadida. Con la leche de almendras tienes la opción de comprarla en dos versiones: dulce, en cuyo caso contiene 90 calorías por taza, y natural, que solo contiene ¡30 calorías por taza!
Como últimamente estoy tratando de reducir mi consumo de café, en lo que a mi dieta en particular se refiere, cada vez me importa menos la leche de vaca, así que uso leche de almendras sin azúcar para preparar avena, y tomarla con cereales y granola con frutas, como en la foto.
Te cuento amiga que la leche de almendras es un hit cuando quieres perder peso y además es mucho más fácil de digerir por lo menos para nosotros los adultos que definitivamente no necesitamos la leche de vaca en nuestra dieta.
Además, buscando aquí y allá, descubrí que l__a leche de almendras ofrece múltiples beneficios__, incluyendo los que listo a continuación:
No sabe a leche de vaca: Tiene su propio sabor ligero y agradable a nuez, pero tiene una consistencia muy parecida, por lo que es un sustituto perfecto a la hora de consumirla sola o si la usas en recetas.
Es súper nutritiva y saludable: Es 100 porciento vegetal y es rica en vitaminas A, D y E, proteínas, omega 6, zinc, calcio, hierro, magnesio y potasio.
Tiene menos calorías que la leche de vaca: Sólo tiene 30 calorías si es sin azúcar, frente a 90 de una taza de leche descremada, o 150 de una taza de leche entera.
Es la alternativa perfecta para quienes son intolerantes a la lactosa.
Ayuda a reducir los niveles de colesterol en la sangre, así como también los triglicéridos.
Es buena para el cuidado de la piel, cabello y uñas porque es rica en vitamina B2.
Ayuda a mejorar problemas gastrointestinales porque contiene fibra soluble e insoluble (con lo que proteje las paredes intestinales y regula la absorción de azúcar y colesterol).
Yo nunca he preparado leche de almendra y ni siquiera lo contemplo entre mis planes. Pero si te apetece, o tienes curiosidad, al respecto, en el blog de mi amiga Inés, ella te dice cómo. Haz click aquí.
Más de mis recetas en mi blog de cocina.
*Imagen vía Enriqueta Lemoine
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