¡Estoy harta de ser la mamá gritona!

A veces siento que lo único que hago es gritarle a mis hijos: ¡Cuidado! ¡Te vas a caer! ¡Ven a lavarte los dientes! ¡Cuantas veces te tengo que decir que no hagas eso! Y la lista continua. Estos últimos días siento que les he gritado más que nunca, especialmente a Santiago, que tiene 2 años y medio y parece que está pasando por algo porque no lo reconozco.

De la nada, se tira al suelo a hacer berrinche, grita cuando le pregunto algo, me quiere pegar y pareciera que llora por cualquier cosa. Ayer cuando sentí que ya no podía más, llamé a mi mejor amiga y me aconsejo que, dentro de lo posible, lo ignorara

Y eso fue exactamente lo que hice. Cuando se me tiró al suelo a llorar porque no quería que le pusiera los zapatos para salir a la calle, no le grité ni le dije nada. Es más, le dije que sentía mucho que se sintiera así, que teníamos que ir a un cumpleaños y que él se tenía que poner los zapatos para ir con nosotros. Y seguí preparando las cosas que necesitábamos para salir, peiné a su hermana, me aseguré de tener pañales y un vasito de agua para él.

Santiago siguió con su berrinche mientras que yo hacía todo esto, pero cuando yo ya había acabado de subir a su hermana al carro y había regresado por las cosas que íbamos a llevar, se me acercó y me abrazó. Yo lo cargué, le limpié las lágrimas y le di un beso. Le puse sus zapatos y nos fuimos. ¡Funcionó!

No sé si esta táctica va funcionar siempre–especialmente cuando estemos apurados y me haga un berrinche–pero por ahora es lo que voy a seguir intentando y tal vez pueda así dejar de ser la gritona de la casa. 

¿Qué haces tú para no perder la paciencia y gritarles a tus hijos?

Imagen vía Andy M Taylor/flickr