Mi mejor amigo G nunca se ha casado -y podríamos decir que está "en edad" desde hace rato- y tampoco ha tenido hijos. Es un soltero bastante feliz que vive en Londres, y aunque tiene muchas novias no se decide a quedarse con ninguna, la realidad es que como dicen los norteamericanos, seguramente tiene issues, pero al final del día todos tenemos issues.
G y yo nos conocemos desde que teníamos 13 años, toda una vida… lo sabemos todo del uno y del otro. Hemos vivido risas y llantos, conocemos nuestras cualidades y defectos, sabemos lo que nunca va a cambiar y sabemos también que todo lo tenemos que aceptar sin juicios, pues a fin de cuentas, eso es la amistad.
Hace una semana me dijo que vendría a visitarme a Nueva York, lo cual me pareció increíble pues como vive en Europa no nos vemos tan seguido, además las veces que había venido antes, nunca se quedaba en casa, siempre conseguía otro departamento prestado.
Pero esta vez me dijo "Me quedo con ustedes", y me imagino que después de estos cinco días en nuestra compañía, ha de seguirse preguntando a qué hora se le ocurrió semejante barbaridad.
Mis hijos no lo soltaron desde que llegó, pues además de caerles muy bien, como buenos niños aprecian enormemente la variedad. La primera noche que llegó a casa, acabó desvelándose mucho y al siguiente día lo despertaron las peleas por el cereal y el jugo.
Se levantó bizco y me preguntó "¿Pero qué horas son?" yo le dije que eran las 7:20 AM y casi se muere. Me dijo, "¿Y esto es normal, la gente con hijos se levanta a esta hora tan espantosa de lunes a viernes?"
Yo le respondí, "No querido, la gente con hijos se levanta a estas horas espantosas de lunes a domingo y también en vacaciones y días festivos"
La realidad es que intentó volverse a quedar dormido pero le fue imposible y lo mismo sucedió los cuatro días que siguieron (pues hace mucho que ya no somos unos jóvenes de 20 años con sueños profundos y envidiables).
Mis hijos amanecen muy temprano y por más que uno les pida que bajen la voz, es una misión imposible. Platican, se ríen, pelean, van, vienen… así es esto, son niños.
Y este fin de semana G, aparte de ser abruptamente despertado por ellos cada mañana, tuvo que convivir también durante el fin de semana, le tocó ir al parque, vigilar que no sucedieran caídas, cargar scooters, salir a restaurantes con ellos, todo el paquete. Todo.
Así es que si estaba inseguro con respecto al tema de tener hijos, creo que un fin de semana largo con mi familia, le quitó todas sus inseguridades.
Ayer por la noche platicábamos después de dormir a mis dos pequeños y nos dijo que hacía mucho no se sentía así de agotado y que nos agradecía el haber podido llevar a cabo este "simulacro".
Antes de dormirse me dijo, *"*No sabes lo orgulloso que me siento de ti y de cómo puedes hacerlo todo"
Más tarde cuando me acosté, me puse a pensar en aquella época en la que yo no tenía hijos, parece que fue hace una vida (si lo era). Mis amigas tuvieron hijos antes que yo y no las envidiaba, todo lo contrario, siempre que las veía con sus bebés pensaba que yo jamás estaría lista. Pero un buen día, me tocó tener hijos a mí y aunque estoy agotada de manera perenne y absoluta, admito que ahora me resulta imposible llegar a considerar una vida sin mis dos pequeños.
Hoy G se regresa a Londres y me imagino que se tomará un par de días para recuperarse.
Tal vez incluso considere tener hijos pronto… nah, no lo creo.