¿Traerías a tu bebé al mundo bajo el agua? ¡Patty Manterola lo hizo!

Pues la realidad es que no soy de esas que vivió con grandísima ansiedad los meses antes de dar a luz, con miedo horrible por todo lo que implicaba el parto. Para mí era la cosa más natural del mundo que anticipé emocionada. Saber que estaba bajo los mejores cuidados médicos, con todas las conveniencias de un hospital de primera, me ayudó a saber que iba a estar bien. Ahora, pienso en eso de dar a luz en casa, dar a luz en el agua, y bueno, como que eso es otra cosa, ¿no?

Entonces cuando supe de la buena noticia de que la actriz y cantante mexicana Patricia Manterola trajo al mundo a un saludable bebito a quien llamaron Lucca Leo, y que había escogido tener un parto acuático en la comodidad del hogar, me llamó mucho la atención. ¨¿Cuáles serán realmente los beneficios de tener un parto en el agua?¨ ¨¿En qué consiste?¨, me pregunté. 

Posiblemente te sorprenda saber que los partos acuáticos se están dando desde el 1803 cuando el primero se documentó por un periódico en Francia que hablaba sobre cómo una mujer que llevaba sobre 48 horas de parto había encontrado gran alivio al sumergirse en agua caliente y que ahí mismo finalmente había nacido el bebé poco después.

Hoy ésta ha sido la forma en la que más y más mujeres escogen traer a sus bebitos al mundo. Como Patricia Manterola, confían en que estar en el agua les ayudará a sentirse más relajadas, ayudando no sólo a disminuir la sensación de dolor, sino también acortando el período de dilatación. Patty dijo en su cuenta de Twitter: ¨Lucca Leo Kolb Manterola llegó a este mundo por medio de un parto totalmente natural y suave, en agua. Cuarto de nuestra casa principal en Los Ángeles¨. Ella contó en el parto con el apoyo de su esposo, Forrest Kolb, algo que en este tipo de parto particularmente ayuda a generar más endorfinas (¡las hormonas del cariño!) para hacer de esta experiencia una más completa ya que mientras más enforfinas mucho más relajado es el parto.

Para una mamá un parto en agua ayuda a conservar el nivel de energía durante un proceso que puede ser extenuante (¡pregúntale a alguna amiga que haya estado de parto por 20 o 24 horas!). Además, estar sumergida en el agua ayuda a bajar la alta presión sanguínea que puede resultar por la ansiedad, ayuda a que el perineo se vuelva más elástico aminorando desgarres y el ámbito de una tina con agua da un sentido de privacidad que libera a la mujer de algunas inhibiciones que podría sentir en una cama tradicional de partos.

Y del bebé, ¿qué? Pues imagínate para ese pequeño ser que lleva meses en el líquido amniótico cómo se ha de sentir entrar al mundo con la transición más tranquila posible. Un bebé que llega al mundo en un parto acuático tiende a experimentar menos estrés y más sentido de seguridad.

Ahora que lo pienso bien, qué pena que no escogí tener a mis bebés en partos acuáticos. Después de todo, con la pasión que siento por el mar, quizás mis bebés se hubiesen beneficiado de nacer como pecesitos en el agua. Felicidades a Paty, a Forrest y su adorado retoño Lucca por haber escogido, no lo que es lo más tradicional, sino lo que es mejor para ellos.

Por último, déjate maravillar por el milagro del nacimiento de un bebito en el agua. Aunque te adelanto, si tienes estómago débil (o acabas de almorzar) es posible escojas dejar este post por terminado aquí.

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Imágenes vía reverbca/flickr, Getty Images