El regreso a clases de manera remota en muchos estados del país provoca estrés en la mayoría de los padres al ver cómo las horas se consumen mientras los menores están allí postrados frente a los dispositivos electrónicos. Como resultado, sufren de fatiga y cansancio generalizado por el uso excesivo de la pantalla. Especialmente cuando el interés se desvía hacia el entretenimiento puro, apartándose del objetivo netamente educativo que debería prevalecer. ¿Qué debemos hacer?
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Sabemos que este es un terreno poco explorado por maestros, padres y alumnos debido al confinamiento que particularmente nos ha tocado acatar durante estos meses. Motivo por el que nos valimos de la asesoría de un especialista, quien nos compartió algunas herramientas para que esta nueva modalidad de practicar estudios de manera remota sea manejable, incluyendo evitar la sobreexposición frente a la pantalla.
Se trata del Dr. Michael Rich, un pediatra con más de 20 años de experiencia, quien además es padre. Como profesor asociado en la Escuela de Medicina de Harvard, él nos compartió sus tips para aprender a diferenciar como padres, cuál es la mejor manera de que los chicos hagan uso del internet, cuáles son los límites que debemos plantearles y cómo llevar a cabo esta tarea.
Los medios digitales deben ser vistos como herramientas de estudio.
Lo primero que como padres debemos transmitirle a nuestros menores es que las laptops, tablets y celulares son instrumentos que permiten el estudio a distancia, no juguetes para gastar las horas ociosamente. De acuerdo al Dr. Rich, somos los padres quienes debemos cambiar nuestra actitud hacia los medios electrónicos, considerándolos implementos indispensables durante las clases en época de distanciamiento social.
Esto debe ser una tarea consciente.
De acuerdo al Dr. Rich, reducir el tiempo que invertimos tanto padres como hijos frente a las pantallas de estos dispositivos se puede lograr tomando conciencia de sus efectos. Cuando se sobrelimita el tiempo de exposición se tienen secuelas como agotamiento, falta de atención y sedentarismo.
La calidad debe prevalecer por sobre la cantidad.
"No es la cantidad de tiempo que pasa en las pantallas, es con lo que pasa su tiempo en las pantallas", dice el Dr. Rich. Por lo que usted como madre o padre debe preguntarse: "¿Cuál es el valor?". Si cree que su hijo tomará provecho de esto y que le servirá de aprendizaje, permita que lo haga libremente.
Ayúdelo a encontrar contenido valioso.
Recuerda que el tiempo en pantalla mientras tu hijo estudia e investiga temas relativos a su escuela son los que cuentan, al igual que cuando se dedica a adquirir una nueva habilidad o refrescar algún conocimiento. Todo lo contrario sucede mientras el chico visita las redes sociales o entra a un videojuego, esos son los tiempos que deben ser limitados.
Identifica el propósito por el que tu hijo emplea estos dispositivos.
Los avances tecnológicos han provocado que estos dispositivos sean empleados para muchos fines, sustituyendo muchas veces libros, revistas, periódicos, reuniones, juegos e incluso ahora, las clases presenciales. Debes saber el propósito por el cual tu hijo los emplea por su propio bien.
Lo mejor es no preocuparse por los límites de tiempo.
Mientras tu hijo se encuentre estudiando de manera virtual las horas que invertirá con la tecnología serán muchas más de las esperadas. Por eso, evita el estrés innecesario si esos límites de tiempo no son respetados. "El concepto de tiempo de pantalla es un concepto obsoleto", afirma el Dr. Rich.
Está bien que estos dispositivos sean usados por diversión también.
Lógicamente, los aparatos tecnológicos pueden ser un medio de diversión para los chicos, quienes disfrutarán juegos de video, videoconferencias y chatean con sus amigos. Eso está bien y hay que dejarlo, siempre y cuando haya finalizado sus tareas escolares. También es importante limitar el tiempo que dedican a este tipo de actividades en pro de su salud y descanso.
Es posible que sean ellos quienes pidan un receso.
Tal como nos sucede a los adultos, a los niños también les puede dar fatiga el pasar tantas horas frente a la pantalla del computador. Es probable que tras un largo día de clases virtuales sean ellos quienes elijan realizar actividades de otro tipo, apartados de esos artefactos electrónicos que a la larga generan cansancio.
Planifica un horario que incluya recesos.
Es importante que en medio de este reajuste el niño o niña tenga un horario tal como en la escuela donde haya espacio para el descanso y la diversión lejos de las computadoras. Proponle un esquema que incluya todo, desde las comidas hasta el recreo, pues de acuerdo al Dr. Rich "no tener un horario en realidad provoca mucha ansiedad en los niños".
Provéele otros recursos para el esparcimiento.
Es súper importante que tu chico cuente con diversidad de recursos en un área como el cuarto de juegos o un rincón de su habitación en el que pueda dedicarse a colorear, recortar, pintar, leer y realizar distintas actividades ajenas a la pantalla.
Evita que tu hijo se sienta vigilado.
Recuerda que tú estás allí para guiarlo, no para imponerle nada. El Dr. Rich compara enseñarle a nuestros hijos a manejar los dispositivos electrónicos de manera responsable con enseñarles a conducir un auto. "Deles la propiedad sobre él, pero no lo controle", dice basado en su amplio conocimiento sobre el tema.
La meta es que aprenda a usar Internet de manera apropiada.
Lo importante de acuerdo al doctor Rich es que tu hijo aprenda a dominar Internet, llegando a discernir algunos de los potenciales riesgos de navegar en la Web. Una conversación honesta sobre el tema puede ser un buen comienzo. Adviértele cómo identificar situaciones y contenidos potencialmente peligrosos o perturbadores y qué hacer en caso de encontrarlos.
Los límites siempre son saludables.
El Dr. Rich opina que debemos dar un voto de fe a nuestros retoños, "confíe en sus instintos de que conoce muy bien a su hijo". Sin embargo, eso no significa que no debamos poner límites sanos cumpliendo el rol de padres. Por ejemplo, como pedirle que use su dispositivo en las áreas de uso común de la casa, velando principalmente por su seguridad.
Dejemos a un lado la negatividad.
Por muy difícil que nos resulte que nuestros chicos tomen clases desde el hogar es importante que les mostremos la mejor actitud, transmitiéndoles entusiasmo en esta nueva realidad que para ellos resulta muy distinta. "Los niños son aproximadamente el 1% de lo que decimos, pero el 100% de lo que hacemos", dice el Dr. Rich. Por lo tanto, te sugerimos que intentes mantener el positivismo en la medida de lo posible.
Tómalo como un nuevo comienzo.
Ahora que estamos en el regreso a clases podemos replantearnos el mejor modo para que los niños y jóvenes consigan estudiar efizcamente de manera remota. Todos hemos aprendido por ensayo y error, por lo que estamos frente a una nueva oportunidad de hacer las cosas bien. Al establecer rutinas seguras que incluyan diversión, tiempo de calidad en familia y nuevos objetivos, no habrá de qué preocuparse.