Trastornos psicológicos que pueden surgir durante el embarazo y cómo prevenirlos

Tu embarazo traerá transformaciones a tu vida y tendrás que adaptarte a todos los cambios que se avecinan. La relación con tu pareja, amigos, familia y compañeros de trabajo cambiará. La progesterona elevada podría ser causante de un desajuste emocional, lo que te podría llevar a experimentar una crisis de adaptación al cambio y tristeza. Ajustar tu brújula interna tomará tiempo y los cambios son tan abruptos que pesar de que anhelas ser madre, puedes sentirte confundida. Esto puede convertirse en un círculo vicioso emocional que te genere sentimientos de culpa en combinación con la tristeza por sentir que no lo estás disfrutando.

Es muy probable que la tristeza no dure todo tu embarazo. Sin embargo, debes comentar con tu especialista lo que estás sintiendo para que te clarifique lo que ocurre en tu sistema hormonal y puedas sentirte en control de lo que te está pasando. Para contrarrestarla es importante que hagas actividades físicas -con permiso de tu médico- y que le expliques a tu familia lo que estás experimentando para que te entiendan. Por lo tanto, no ocultes tu tristeza a los demás, compártela y verás cómo te sentirás mucho más aliviada.

Es importante que no confundas la tristeza con depresión. Aunque los síntomas son parecidos, en la depresión suelen ser mucho más marcados e incluso pueden durar todo el embarazo. Las señales más importantes son los cambios abruptos en tu estado de ánimo, llanto, pérdida de apetito y dificultad para dormir. Además, debes revisar tus factores de riesgo desencadenantes y comentarlos con tu especialista. Algunos desencadenantes pueden ser que ya hayas sufrido depresión, tengas un historial familiar de depresión, estrés, que estés pasando por un embarazo no deseado o estar en medio de una relación violenta, entre otros.

La alimentación es fundamental para prevenirla. Junto con una buena hidratación y una mente tranquila tendrás los ingredientes básicos para estar en equilibrio. Los alimentos ricos en triptófano son los más recomendados por los nutricionistas ya que aportan la calma que te ayudará a descansar adecuadamente. Puedes consumir pavo, pollo, frutos secos, algunas legumbres como las lentejas o garbanzos. También puedes incluir las verduras y el brócoli en tus ensaladas del día como un buen complemento que mantendrá intacta tu salud mental y emocional. Por otro lado, además de la alimentación, puedes practicar ejercicio para embarazadas con la supervisión y aprobación de tu médico.

Quizá siempre te has considerado una mujer con buenas capacidades para enfrentar el estrés. Sin embargo, en esta etapa puedes sentir que estás perdiendo el control y que los problemas cotidianos te están superando. Lo que antes podías manejar con calma y templanza, ahora te lleva a un desbalance inmediato y a niveles de preocupación que no habías experimentado antes. Una de las preocupaciones comunes es el estado de salud del bebé durante el embarazo.

Mejora la manera en la que te hablas. Si desde que te levantas tus pensamientos tienden a lo catastrófico, no te ayudas mucho. Revisa la forma en la que dialogas contigo, ya que si solo recuerdas lo incapaz que te sientes en el embarazo, estarás alimentando la inseguridad. Habla con tu especialista de lo que sientes y de las preocupaciones que tienes sobre tu embarazo. En este caso tu especialista te orientará dándote la paz y la certeza que necesitas. Así que, si hay algo que resolver o prevenir, él será el indicado para ayudarte a lograrlo.

Es importante no confundir estrés con ansiedad. La ansiedad es producto del miedo constante e imparable que coloca al organismo en un modo permanente de alerta. Las dificultades de adaptación a los cambios y el miedo a lo desconocido, así como los antecedentes de ansiedad en tu familia pueden escalar a un trastorno con episodios de angustia. Si no son atendidos por un especialista pueden generarte un gran descontrol. El problema es que si los episodios de ansiedad no se controlan pueden afectar al bebé ya que el exceso de cortisol como resultado de dichos episodios pueden provocar parto prematuro o bajo peso en el bebé.

Es importante la intervención de un especialista de la salud mental para un adecuado seguimiento. Lamentablemente la medicación no es recomendada debido al estado de gestación. La psicoterapia de grupo es muy funcional ya que al estar en convivencia con madres que pueden estar viviendo los mismos síntomas, pueden acompañarse en el proceso y darse apoyo mutuo. Hablar sin sentirse juzgada es de gran ayuda y además es parte de una descarga emocional necesaria. También se recomienda el deporte autorizado por tu médico y talleres de meditación o mindfulness para mujeres embarazadas donde aprender a respirar y a calmar la mente es de gran ayuda para evitar las crisis.

Como producto del estrés y la excesiva preocupación por el bienestar del bebé, muchas mujeres pueden volverse obsesivas con todo lo que implique la salud en el embarazo. La obsesión te puede llevar a sentir que a pesar de todo lo que haces por tu bienestar y el de tu bebé, no es suficiente hasta querer encontrar la perfección en todo: nutrición, ejercicio, visitas médicas y sobretodo exceso de información. Dicha obsesión puede crear una conducta de autoexigencia constante caracterizada por el estrés y la preocupación a veces irracional que impide fluir y disfrutar del embarazo. Por lo que tu estado de ánimo puede ser de irritabilidad emocional y de alerta continua.

Necesitas confiar en tu organismo y tu médico especialista. Evita buscar información que te lleve a un círculo vicioso de preocupaciones. Si te la pasas en la red investigando sobre enfermedades en el embarazo, sólo estás llenándote de información que te saturará de pensamientos catastróficos porque estás enfocando tu mente en lo que no quieres que suceda en lugar de enfocarla en lo que sí quieres que suceda. Medita, concéntrate en tu salud y en la salud de tu bebé desde los pensamientos constructivos y no te obsesiones con tanta información que solo te llenará de dudas e incertidumbre.

Los trastornos del sueño en el embarazo son comunes debido a los cambios hormonales principalmente por el aumento de la progesterona y según investigaciones pueden afectar a un 70% de las mujeres que están embarazadas. Un mal dormir afecta el estado de ánimo y este estado de somnolencia que es más marcado en el primer trimestre, puede provocar una sensación de cansancio y fatiga extrema, por lo que tu vida se ve afectada. Puedes sentirte incomprendida y enojada debido a una sensación de inutilidad e improductividad a la que no estás acostumbrada.

Para que puedas estar de mucho mejor humor y con más energía, es importante que cuides tu alimentación y tomes las siestas que tu organismo te pide. De acuerdo con los especialistas en nutrición, debes comer de forma ligera repartiendo la cantidad de alimentos que necesitas en tu embarazo haciendo varias comidas ligeras al día. Evita que tu digestión sea pesada, así no tendrás el estado de somnolencia que te puede tener molesta durante el día. También relájate con un baño cada vez que llegues a casa después de tu jornada del día para que tu cuerpo se energice y recuperes la pila.

Es posible que este padecimiento lo hayas tenido previo al embarazo. Sin embargo, puede agudizarse o detonarse con la gestación debido a las excesivas preocupaciones por la apariencia física. La posible obsesión por no subir de peso te puede llevar a no comer lo suficiente y a tener distorsiones de tu imagen corporal por lo que invariablemente estarás afectando la salud de tu bebé. La mala alimentación te coloca en riesgo de un posible parto prematuro y bajo peso de tu bebé al nacer.

Ante un trastorno de alimentación es imprescindible el seguimiento médico, nutricional y psicológico durante todo tu embarazo. Es obligatorio el tratamiento psicoterapéutico con un especialista en trastornos de alimentación. También es forzoso que mantengas el peso necesario por el bien tuyo y de tu bebé. Así que tu dieta es lo más importante. Toma en cuenta que para que puedas llevarla a cabo con convicción y con tranquilidad, debes estar de la mano de la psicoterapia individual y de grupo, de esta forma la contención emocional te ayudará a permanecer con la disposición necesaria para enfocarte en tu bebé más allá de tu peso o el cambio de tu cuerpo.

Es verdad que tu vida dará un giro, sin embargo, puedes verlo como un reto de transformación. La maternidad no lo es todo en la vida. Sin embargo, es un momento que requiere de toda tu voluntad y disposición para disfrutarlo en la medida de lo posible y para mantener un enfoque abierto ante todo lo nuevo que estás viviendo. Es una cuestión de actitud y de manejo emocional por lo que no te sientas mal si tienes altibajos y compréndete en vez de juzgarte u ocultarte. No te sientas sola en el camino y pide ayuda cuando así la necesites. Puedes estar segura de que estás dando lo mejor de ti y haciendo tu mejor esfuerzo para estar bien y sentirte bien.

Karina Suárez Fernández es Psicóloga Clínica, psicoterapeuta y mamá de dos adolescentes.

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