Para que en casa puedas promover un estilo de vida sano, es necesario que comiences a hacerlo desde que tus hijos son pequeños. Además, es muy importante predicar con el ejemplo. Los hábitos son parte de una rutina y esto requiere de seguimiento ya que para tener una buena salud tanto física como mental, es necesario que fomentes las bases de algo que será parte del autocuidado y la autoprotección que desarrollarán tus hijos en su vida adulta. La energía, la motivación y las ganas para moverse en la vida dependen en gran medida de que sus necesidades básicas hayan sido cubiertas desde las primeras etapas. Estoy hablando del amor y la protección además de los cuidados fundamentales en su alimentación y en cada momento de su desarrollo. El punto es que todo esto requiere de tu atención y enfoque. Tus pequeños son como una plantita que hay que regar todos los días para que se sientan protegidos y seguros. Así que toma en cuenta estos consejos que te comparto.
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Existen un sinfín de ventajas que verás reflejadas en la ausencia de enfermedades, en el fortalecimiento del sistema inmunológico y sobretodo en la sensación de estar bien atendidos, cuidados y supervisados. Aunque no lo creas, esta parte es fundamental. Como psicóloga puedo decirte que de nada serviría el alimento sano sin el aspecto emocional como ingrediente básico.
La comida saludable, el deporte y la higiene dependen en gran medida de que establezcas una estructura clara a la que deben darle un seguimiento preciso que les dé estabilidad y que al mismo tiempo sea divertida. Lo importante es que estos hábitos no sean límites molestos o incluso parte de conflictos que asocien con algo desagradable. Por eso tu paciencia en ello es fundamental.
Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips prácticos para la mujer y consejos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.
1. Hábito: Lo primero es una alimentación variada y equilibrada desde las recomendaciones del pediatra.
El balance tiene que ver con que te asegures con el pediatra de que los alimentos que le das están teniendo los nutrientes que tu hijo necesita para crecer. Nadie mejor que él para crear un plan alimenticio adecuado a lo que tu pequeño necesita. Para ello es importante que realices las visitas mensuales para revisar que su peso y talla van acorde a lo esperado. Tú podrías pensar que estás alimentándolo adecuadamente, sin embargo el especialista podría decirte lo contrario.
Consejo: Para hacerlo más fácil y divertido, permite que tus hijos participen de vez en cuando en la elaboración del menú.
Si tus hijos son parte del proceso se sentirán tomados en cuenta y además podrán comprender que la preparación de los alimentos conlleva un esfuerzo por lo que al mismo tiempo valorarán lo que implica cocinar. Esto les permitirá comprender la dedicación que le pones y el tiempo que inviertes en ello, de manera que enseñas dos cosas al mismo tiempo: que se alimenten sanamente y valoren el esfuerzo de la cocina.
Hábito: Al menos una comida debe hacerse en familia ya que deacuerdo a muchas investigaciones, esto fomenta la salud física.
Está comprobado que cuando los niños comen en familia tienen un peso saludable y crecen mejor. La convivencia familiar tiene el toque mágico que da a la salud física el grado emocional que se requiere para crear un vínculo que le ayude a tener una mejor estatura, además de tener un momento agradable que lo motiva a sentirse acompañado y cobijado. La mesa tiene muchos símbolos importantes, entre ellos el calor de hogar que se necesita para que todos se sientan seguros.
Consejo: Fomenta el hábito de hacer que el horario familiar de comida esté libre de conflictos.
Si ocupan la mesa para hablar de problemas, regañar a los hijos o estar recordándoles en cada momento que coman bien y que dejen el plato vacío, obligándolos, de nada servirá que la comida sea saludable. Al contrario, tus hijos lo pueden asociar con un momento desagradable en el que se hacen presentes dinámicas molestas e incómodas que les harán rechazar la comida.
Hábito: Evita que tu hijo coma demás solo porque está aburrido o tiene ansiedad.
La obesidad de los niños ha ido en incremento y muchas veces es porque tienden a comer por ansiedad que pueden sentir ante las presiones de la vida cotidiana. Incluso pueden hacerlo por aburrimiento. Es por ello que deben tener horarios específicos de comida con las porciones recomendadas ya que si notas que tu hijo tiende a comer dulces o carbohidratos de manera acelerada o parece no llenarse, quizá esté viviendo alguna situación estresante o de vacío emocional que quiere llenar a través de la comida.
Consejo: Vigila que cumpla los horarios establecidos de las tres comidas del día y ayúdalo a manejar su ansiedad.
Es muy importante que él te diga lo que siente. Si notas que no está saciándose con la comida, pregúntale qué siente en su estómago y seguramente te dirá que es un vacío. Pregúntale si tiene ganas de correr, gritar o sacudir su cuerpo. De esta forma aprenderá a detectar en que zona está alojando la ansiedad y en lugar de querer combatirla con comida, puedes enseñarle a hacerlo a través de la descarga emocional. Puedes salir a caminar con él para hacer respiraciones profundas, pueden gritar un poco a manera de juego o incluso puedes pedirle que sacuda todo su cuerpo como si tuviera hormiguitas.
Hábito: Es importante el consumo de agua.
Entre menos bebidas azucaradas consuman, mucho mejor. A veces los niños se acostumbran al sabor del dulce como un suplemento emocional o por malas costumbres en casa que pueden ser fatales en su salud física, sobretodo si en la familia hay obesidad o antecedentes de diabetes. Tus hijos se adaptarán a lo que tú les des aunque es muy necesaria la supervisión y que te vean a ti misma tomando agua. Si tus hijos la consumen de forma adecuada estarán hidratando sus órganos y eliminando las toxinas del organismo. Además, deben aprender a saciar su sed con ello y no con jugos que les pueden dañar incluso la dentadura.
Consejo: Coloca en la rutina alimenticia un día de consumo de una bebida azucarada para que no lo sientan prohibido.
La intención de ello es psicológica. Notarás como ni siquiera se les antojará porque estarán tan acostumbrados y adaptados al consumo de agua que la bebida azucarada les resultará desagradable. Incluso su organismo comenzará a rechazarlo. El punto es que no lo sientan prohibido para que no les llame más la atención. Sin embargo, es una estrategia que siempre debes consultar con el especialista en nutrición, ya que debe ser algo adaptado a lo que él recomienda en la rutina de alimentos.
Hábito: Fomenta la higiene con el baño diario y el lavado de manos constante.
Los niños suelen jugar todo el tiempo, por lo tanto los virus y las bacterias están a la orden de día en cada objeto que tocan. Es muy probable que metan las manos a la boca todo el tiempo, además de que también suden y se ensucien. Es natural en su etapa y no por ello van a convertirse en robots que deban evitarlo. Lo mejor es que sepan que la higiene es parte indispensable de su día así que deben bañarse diariamente, lavarse los dientes después de comer y lavar sus manos para evitar enfermarse.
Consejo: Cántales canciones en el momento del baño o del lavado de manos para que este hábito les resulte divertido.
Para que les resulte un hábito agradable y puedan adquirirlo como una costumbre diaria, no importa la edad que tengan, si les cantas o les permites escuchar música comenzarán a asociar la higiene con un momento de relajación y descanso. Eso pasa mucho con la hora del baño diario y por ello muchos pediatras recomiendan hacerlo por la noche, ya que terminaron sus labores del día. De esta forma tendrán un descanso adecuado y relajado.
Habito: Durante el día deben tener momentos de juego en movimiento y de deporte.
El juego en movimiento que les implique correr, andar en bicicleta o patinar fomentan una buena salud física en cuanto al peso y la estatura. Además, si lo hacen con amigos fomentan también la convivencia. Por otro lado, también pueden entrenar por las tardes en el equipo escolar de futbol, basquetbol o de natación. Todo depende de lo que a ellos les guste, ya que lo importante es que no se sientan obligados.
Consejo: Es importante que evites que vean el deporte como una obligación que les resulte desagradable.
Si quieres que pertenezcan a algún equipo deportivo o que practiquen algo en particular, ellos deben estar de acuerdo e incluso ser quienes lo pidan. Si prefieren no tener ninguna activida extraescolar no los obligues. El que no lo hagan no impide que puedan tener movimiento diario ya que pueden salir contigo a pasear al perro, acompañarte a hacer alguna compra a pie y hacer una carrerita casual. Lo importante es que relacionen el movimiento con algo divertido y no que los haga sentir presionados emocionalmente.
Hábito : Debe tener un horario específico para ir a la cama y respetarlo durante la semana.
El hecho de que tu hijo tenga un sueño de calidad y reparador se verá reflejado en sus capacidades de atención y concentración en el colegio al igual que en el rendimiento y buen estado de ánimo. El sueño reparador también es indispensable en su crecimiento ya que la melatonina juega un papel fundamental en el desarrollo. Es por ello que debes crear el ambiente adecuado en su habitación para que su organismo sepa que es la hora de dormir.
Consejo: Evita que tenga pantallas del teléfono o de cualquier otro tipo encendidas.
Está comprobado que tanto en niños como en adultos la luz que genera la pantalla del móvil o incluso de la televisión interfiere en el sueño profundo y por lo tanto en los procesos de recuperación del organismo que se dan durante la noche. Es por ello que como norma, debe ser indispensable que tus hijos dejen de ver cualquier aparato electrónico al menos media hora antes de ir a la cama. Quizá sea difícil para ti fomentarles éste habito pero a la larga te lo agradecerán tanto por su salud física como por su rendimiento escolar.
Consejo final: Para que un hábito sea cien por ciento aprendido, necesitan supervisión amorosa aunque sea a distancia.
Muchos padres y madres que pasan tiempo fuera de casa y dejan a sus hijos al cuidado de algún adulto o niñera, sienten que es imposible fomentar hábitos si ellos no están presentes. Sin embargo, esto no es así. Tú puedes pasar tiempo fuera de casa y hacer video llamadas constantes para vigilar que las rutinas se estén llevando a cabo y tener una actitud amorosa y de atención hacia ellos. Además, es importante que también lo tengan por escrito y que ellos mismos vayan anotando lo que cumplieron para ir llevando un seguimiento en el que ellos mismos se compromentan.
Escucha estos consejos para desarrollar hábitos saludables en tus hijos en nuestro podcast.
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