Para cualquier mamá, quitarle el chupete a un pequeño puede ser una pesadilla. Los bebés nacen con el instinto natural de chupar, tanto así que algunos se chupan el dedo incluso desde el vientre de la madre. Es un comportamiento natural que les permite alimentarse y crecer. Y también es reconfortante y les ayuda a calmarse. Pero sabemos que llega ese momento en que debemos quitarle la chupeta al niño, para que no desarrolle dependencia ni problemas dentales.
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Según la Sociedad Canadiense de Pediatría, el chupete se puede usar para calmar la necesidad de chupar de un pequeño. Sin embargo, nunca debe usarse para sustituir la alimentación y tampoco debe usarse sin los mimos o caricias que los papás pueden darle al pequeño para tranquilizarlo.
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Los chupetes son más fáciles de controlar que cuando el bebé se chupa el dedo.
Además, el chupete es mejor que los dedos porque causa menos problemas dentales en el futuro. Incluso hay investigaciones médicas que han encontrado que el chupete puede disminuir el riesgo del síndrome de muerte infantil súbita o muerte de cuna.
Pero no todo es positivo. La Sociedad Canadiense de Pediatría dice que el uso incorrecto del chupete puede causar problemas con la lactancia, infecciones del oído y problemas dentales, como caries o sobremordida. Además, no recomiendan el uso de chupetes hechos en casa ni ponerle dulce o comida al chupete. Tampoco deben atarse los chupetes al cuello del bebé porque pueden provocar lesiones o la muerte.
¿Cuándo es el momento adecuado para quitarle el chupete a tu hijo?
Este tema ha sido objeto de un intenso debate, pero la Asociación Estadounidense de Pediatría sugiere que el mejor momento para quitarle el chupete a un bebé es entre los 6 y los 12 meses. Después de esa edad, el chupete puede convertirse en un objeto de seguridad para el pequeño, por lo que podría ser más difícil quitárselo.
A continuación, algunas recomendaciones a la hora de quitarle el chupete a tu pequeño:
1. Puedes comenzar limitando los momentos en que se le da el chupete al pequeño.
Por ejemplo, solo darle el chupete al niño cuando va a dormir. Así comienza la transición de pasar el día sin el chupete. Luego, poco a poco, puedes comenzar a retirarlo a la noche.
2. Si tu hijo ya está más grandecito, involúcralo en la decisión de dejar el chupete.
Habla con tu hijo para explicarle que debe dejar el chupete porque está creciendo. Puedes darle la opción de tirarlo, guardarlo o ponerlo debajo de la almohada para el hada de los dientes. Eso sí, nunca utilices el castigo o la humillación para obligar a tu hijo a dejar el chupete.
3. Intenta reemplazar el chupete con otro objeto que le dé seguridad.
Si tu hijo tiene dos o más años o ya está muy apegado a su chupete, intenta reemplazar el chupete con otro objeto que le dé seguridad. Puede ser una manta, un oso de peluche o un muñeco de tela. Recuerda que debes ser paciente porque el pequeño atraviesa una transición y debe aprender a calmarse sin su chupete. Así que, si va a tomar una siesta y llora, ponle el otro objeto al lado.
4. No le des el chupete al niño cada vez que llora.
No uses el chupete como la solución a todos los problemas o frustraciones del pequeño. Esto hará que sea más difícil quitárselo. Puedes buscar alternativas para calmar al pequeño sin un chupete. Incluso podrías darle mimos extra para calmarlo en esta transición.
5. Puedes usar recompensas o el hada del chupete para ayudar al pequeño a dejar de usarlo.
Algunos expertos sugieren hablarle al pequeño de que vendrá un hada del chupete a llevarse el chupete cuando cumpla sus tres años, por ejemplo. El hada se lleva los chupetes y le trae un nuevo juguete. Esta es una forma divertida de alentar al pequeño a dejar el chupete, pero recuerda siempre traer el nuevo juguete.
6. Anima y celebra a tu niño cuando deje el chupete.
Dile elogios a tu pequeño cuando deje el chupete. También le puedes decir que estás orgullosa de que esté creciendo.
Es posible que tu hijo vuelva a pedirte el chupete, pero intenta no darte por vencida. Recuérdale que ya no tiene chupetes y que es un niño grande. Incluso, dale mimos y caricias para ayudarle a continuar con esta transición. Si tienes otras dudas sobre el desarrollo de tu pequeño, recuerda siempre consultar con tu pediatra.
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