No sé qué opines, pero creo que como madres nos tocó una época de cambios muy drásticos en las formas de crianza. Estamos tan enfocadas en no lastimar la autoestima de nuestros hijos, tan enfocadas en evitarles los traumas infantiles con las que muchas pudimos haber crecido, que a veces la crianza puede estar más centrada en "evitar que…" que en "lograr que…" Un enfoque se basa en el miedo y otro se basa los desafíos. Y es que la hiper paternidad-maternidad se ha convertido en todo un fenómeno que se va al extremo de la sobreprotección.
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Mi abuelita decía que de buenas intenciones está lleno el infierno y a lo largo de los años he ido entendiendo a qué se refería. ¿Te ha pasado que muchas veces te sientes culpable por sentir que al poner límites a tus hijos los estás lastimando? O ¿te ha pasado que lo sobreproteges porque sientes ganas de resolverles la vida para que no batallen tanto? Quizá es porque a veces confundimos el amor de madre con exceso de cobijo.
Muchas veces queremos evitarles caminos difíciles, pero no nos damos cuenta el daño tan terrible que podríamos estar causando a largo plazo, sobre todo en el desarrollo de sus capacidades. Podemos creer que estamos actuando en favor de su autoestima y de su crecimiento, cuando en realidad estamos impidiendo que se vuelvan resilientes y congruentes.
Quiero que sea muy inteligente y por eso lo inscribo en tantos extra escolares como sea posible.
Que si el futbol, que si la gimnasia, que si las artes plásticas, ¡no lo satures!, se está perdiendo algo muy valioso que es el juego espontaneo, incluso para despertar la creatividad a veces es necesaria una dosis de aburrimiento.
No lo hagas un adulto chiquito, desarrolla su potencial sin necesidad de tantos extra escolares.
Si se cansa puede perder el interés y si pierde el interés pierde atención y concentración, por lo tanto el objetivo de que desarrolle una habilidad se va por la basura. Déjalo descansar, pasa mucho tiempo en el colegio, necesita tiempos de recuperación y contacto.
Hablo todo el tiempo con sus maestras para que me tengan informada de cualquier irregularidad.
Si eres una madre que pide citas con la maestra para todo y quieres saber detalles cada que lo recojes en la escuela, debes ponerte freno. Se conciente de que es posible que te estés convirtiendo en una mamá obsesiva.
Deja de ser perseguidora porque el único mensaje que le das a tu hijo es que él no es capaz.
Una cosa es que estés informada y otra muy distinta que te vuelvas obsesiva en el control y que quieras saber cada paso que tu hijo da en la escuela. Tu hijo es muy capaz y si se equivoca, lo sabrá resolver, ten confianza y transmítesela.
Prefiero hacerle la tarea a que lo regañen en la escuela por que se le olvidó hacerla.
Existen muchas opiniones a favor y muchas en contra en relación a las tareas escolares. Sin embargo, debemos tomar en cuenta que implican un deber que desarrolla el sentido de responsabilidad en nuestros hijos.
No hagas las tareas que olvidó, es importante que asuma la decisión o enfrente la consecuencia.
Si tu pequeño olvidó hacer la tarea, lo importante es que tengan una conversación donde la pregunta principal sea: ¿qué se te ocurre que puedas hacer para que el olvido no te vuelva a ganar? ¿Qué te gustaría hacer la proxima vez para que no te pase de nuevo?
Estaba tan enojada que exageré en el castigo, mejor se lo voy a quitar porque no es para tanto.
¿Cuántas de nosotras hemos caído en esto? Es un terrible error poner límites con las emociones encima porque seguro explotarás y ni sabrás lo que dices: “Ahora no irás al paseo, ahora no verás a tus amigos, bla, bla, bla”. Después viene el sentimiento de culpa, te arrepientes y no cumples.
Espera hasta estar tranquila antes de hablar con él de consecuencias o límites.
Hablar sobre las consecuencias lógicas de una acción inadecuada, debe ir en relación a la acción, por ejemplo, si rompió un jarrón debe encontrar la forma de repararlo o comprar uno nuevo con sus ahorros. Deben se seguir una secuencia lógica.
Le prometí que lo llevaría al parque, pero no he podido cumplir mi promesa.
La buena intención está en la promesa y el grave error está en no cumplirla. ¿Cómo pretendemos enseñar compromiso a nuestros hijos si no les ponemos el ejemplo? Un niño toma muy enserio las promesas de los padres. Puedes perder credibilidad.
No hagas promesas que no vas a cumplir, o plantea propuestas abiertas.
Si no puedes cumplir por el motivo que sea, eso hablará de una falta de compromiso. Si haces una invitación abierta como: “Cualquier día de la siguiente semana te llevaré al parque”, te permitirá encontrar el momento indicado para cumplir tu promesa.
Lo defiendo cuando su papá lo regaña para que no se sienta atacado.
Olvídate de crear alianzas dentro de la familia. Si tu pequeño esta siendo regañado por papá y tú no estás de acuerdo, hablen de tu inconformidad a solas. Ustedes deben ser equipo en la crianza y su hijo no debe percibir que están divididos porque usará eso a favor y a conveniencia.
Evita los dobles mensajes, no intervengas a menos que esté en riesgo su seguridad.
Los dobles mensajes como: Si puedes hacerlo … pero no puedes hacerlo, los confunden terriblemente y los llevan a la angustia. Evidentemente favoreces la creación de bandos dentro de la familia y restas autoridad. Si no atenta contra su seguridad, no intervengas.
Prefiero hacerle el trabajo escolar ya que quiero que saque un 10.
Es terrible que impidas que desarrolle sus habilidades. Sé que no lo haces de forma intencional, al contrario, crees que es una acción amorosa, pero al hacerle los trabajos, impides que se enfrente a los retos, que desarrolle tolerancia y aprenda de los posibles fracasos.
No hagas cosas que él puede hacer por sí mismo con la intención de allanarle el camino.
Hay una frase que dice: "no prepares el camino de tu hijo, prepara el camino para tu hijo", es decir, no le evites los obstáculos que tiene que aprender a atravesar por sí mismo. Esto le dará autoconfianza y seguridad en que puede.
Como no quiero coartar su libertad y no quiero que tenga traumas, dejo que él decida.
Elimina un concepto equivocado sobre la libertad. Jamás olvides que una de nuestras labores como madres incluye poner límites. Un niño los necesita para sentirse seguro en su espacio. Debe de tener fronteras y una guía. No quieras ser su amiga.
Los padres no somos amigos de nuestros hijos, podemos ser amigables pero la jerarquía es necesaria.
No quiero decir que esté mal darles la libertad de elegir, pero siempre bajo un esquema de opciones o alternativas proporcionadas por ti. No es lo mismo decir "haz lo que quieras", a decirle, "de estas tres opciones que te propongo, ¿cuál eliges?"
No quiero que tenga carencias como las que yo tuve, así que voy a darle y comprarle todo lo que quiera.
Rescatar tu niña interior herida a través de tus hijos, es tanto como no ver en ellos su esencia. Entiendo que quieras aprender de tu pasado, pero no busques resarcir tus carencias a través de dar y dar.
No se trata de que el esfuerzo sea con sangre, sudor y lágrimas, solo fomenta que hagan algo para obtenerlo.
Puede ser un acuerdo de juntar dinero y ahorrarlo y tú poner la parte que falta, puede ser un acuerdo de tiempo o incluso de darles pequeñas labores a cambio de una pequeña remuneración. Lo importante es que desarrolles el hábito del esfuerzo porque así disfrutarán más de su logro.
No quiero que llore y se ponga triste cuando salgo a trabajar, mejor me escondo y no me despido.
Aunque no lo creas, esto es algo que puede provocarles mucha angustia porque no saben si vas a regresar o no. Aunque para ti sea evidente que sí, no olvides que los niños piensan en función de su supervivencia y de la protección. Si no saben dónde estás pueden imaginar muchas cosas.
Si sales a trabajar, a alguna reunión social o a cualquier sitio, aunque lloren, siempre avísales donde estarás.
Existe un trastorno que desarrollan algunos niños y es conocido como ansiedad por separación, y cuando la madre no está, es tal su angustia que pueden sentirse en peligro de muerte. Lo mejor es que tus hijos siempre sepan de ti, en dónde estas, a dónde vas, esto le dará seguridad de que vas a regresar.
