Como mamá, sé que no existe la madre perfecta. Así que no busques una calificación de excelencia, mucho menos trates de impresionar a otros con capacidades de supermamá.
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El punto es criar con amor, ya que esa pequeña vida depende de la protección que tú le des. Lo bueno es que los tips que tenemos para ti no son súper complicados. De hecho, se trata, más bien de comprometerte a hacer o dejar de hacer cosas que te harán una mejor mamá. Cosas tan simples como reír más y dejar la competencia de lado.
Aquí comparto estas 10 promesas que debes hacerte para ser una mejor madre.
Renunciaré a ser supermamá.
Sé que puedes hacer mil cosas a la vez, sin embargo, debes aceptar que no tienes poderes sobrenaturales. El agotamiento será tu peor enemigo porque tu energía puede ser insuficiente para saborear los momentos que valen la pena al lado de tus hijos.
Renunciaré a la competencia.
La competencia es muy tentadora, ya que los halagos pueden generar adicción; sin embargo, las críticas causan terror. ¿Qué importa si tu hijo sacó siete y el hijo de tu amiga sacó 10? Olvídate de llenar tu ego a través de tus hijos.
Reiré mucho con ellos.
Rompe la tensión, sonríeles de vez en cuando, cuéntales un chiste, juega a las cosquillas, sacudan su cuerpo si están aburridos, canten juntos y bailen de vez en cuando. Te aseguro que no olvidarán esos momentos, y se convertirán en un tesoro para todos.
Disfrutaré el tiempo que paso con ellos
De nada sirve tu presencia si tu mente está en otro lado. Disfruta cada momento porque con el paso del tiempo, te darás cuenta que todo es irrepetible e inigualable.
Aprenderé a ponerme en su lugar.
Haz de la empatía un hábito saludable. Recuerda que los niños no cuentan con la experiencia que tú tienes, y su mundo de ideas es muy distinto al tuyo. Entiéndelos desde su lugar. Luego, regresa al tuyo para saber cómo actuar.
Permitiré que se equivoque.
Deja de sobreprotegerlo, y dale la confianza que necesita para creer en sí mismo. Bríndale la oportunidad de vivir el fracaso de vez en cuando, y notarás que esto fortalecerá su capacidad para buscar soluciones óptimas a cualquier reto.
Pondré límites cuando sea necesario.
Establece fronteras, y aprende a decir "no" sin sentir culpa. Piensa en los efectos positivos a largo plazo, entre estos, que no necesitarás estar presente todo el tiempo para que tu hijo elija acciones adecuadas.
Estaré dispuesta a renunciar a ciertas cosas.
Observa la forma en cómo repartes tu tiempo durante el día. Aprende a priorizar los asuntos que necesitas resolver de manera inmediata, y reparte en el resto de la semana los que no son urgentes. Debes guardar energía para convivir con tus hijos.
Le enseñaré a ser independiente
Suelta el control, y confía en la capacidad de tus hijos para realizar las labores que ya son adecuadas para su edad y su nivel de comprensión. Olvídate del perfeccionismo, y facilita su camino dejando que lo explore con tu respaldo, aunque por sí mismo.
Aprenderé a escucharlo.
Dales el beneficio de ser escuchados, y pon atención a lo que te dicen y cómo te lo dicen. Eso te dará pistas sobre la realidad de sus emociones, y sabrás cómo actuar en consecuencia.
Respetaré su esencia.
Tu hijo no está aquí para llenar tus expectativas, pues se encuentra en su propia búsqueda. El fortalecimiento de su identidad depende en gran medida del respeto que tengas a su esencia. Pon límites, pero déjalo ser.
Seré feliz.
Busca tus espacios, encuentra un momento para ti y –aunque el tiempo no sea tan vasto cómo quisieras–, date la oportunidad de hacer lo que te gusta.