10 Cosas acerca de la lactancia que (casi) nadie te dice

Antes de la llegada de mi hijo, leí una cantidad grotesca de literatura sobre la lactancia materna. Estaba seriamente obsesionada. Estaba decidida a tener éxito, así que pensé que lo mejor que podía hacer era leer todo lo que pudiera conseguir. Descubrí que gran parte de lo que he leí reiteraba las mismas cosas una y otra vez, pero eso no me frenó.

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Estaba emocionada cuando comenzamos bien en el hospital, pero un par de días después de haber sido dados de alta, me enteré de que mi hijo estaba deshidratado y había perdido mucho peso. Tuvimos que complementar con leche de fórmula durante unos tres días – estaba devastada. La razón era algo que -a pesar de toda mi investigación- no había previsto. Y en el transcurso de los últimos ocho meses, he aprendido varias cosas más sobre la lactancia materna que nadie me dijo antes. Aquí están: 

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Tu leche puede tardar hasta una semana en venir

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La mayoría de las mamás que están planeando amamantar están conscientes de que la leche tarda tres o cuatro días para que venga y que, antes de eso, los bebés toman calostro. Lo que no es muy conocido es el hecho de que, para algunas mujeres, este proceso puede tardar hasta una semana. De ahí la deshidratación antes mencionada–mi leche no vino sino hasta cinco días después del parto–.

Amamantar consume tiempo

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Los recién nacidos necesitan comer cada dos o tres horas, desde el inicio de una toma al inicio de la siguiente, así que cada nueva mamá va a estar dedicada a alimentar a su bebé, amamante o no. Pero si estás amamantando, cada toma puede durar hasta una hora, lo cual básicamente significa que todo lo que vas a hacer las primeras semanas de vida de tu bebé es amamantar, poner al bebé a dormir y alimentarte. La duración de cada sesión se reduce a medida que tu bebé crece. Mientras tanto asegúrate de tener a mano un par de buenos libros, revistas, películas y programas de televisión.

Usa crema para los pezones, incluso si no estás adolorida

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En cuanto mis pezones empezaron a sentirse ligeramente menos cómodos de lo normal, pedí un tubo de lanolina a las enfermeras del hospital. Procedí a usarlo diligentemente después de cada comida, y nunca experimenté ninguna irritación, grietas, sangrado o dolor severo. Ya no lo uso regularmente, pero siempre que siento alguna molestia voy directo a ella. Por experiencia propia, de hecho puedes prevenir estos problemas, siempre y cuando te hayas asegurado de que tu bebé tenga un buen agarre. Usa la lanolina.

Usa un sostén o tope de amamantar

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Había leído un montón de literatura pro-lactancia que sugería andar sin sostén tanto como fuera posible, así que prácticamente pasé las primeras 24 horas después del parto de esa manera, pero cuando le dije a una enfermera que estaba empezando a tener una extraña sensación en los pechos, ella me dijo que me pusiera un sostén o un tope de amamantar. La presión que sentía desapareció casi al instante. Al parecer, las lolas realmente necesitan cierto apoyo mientras están trabajando tan duro para producir calostro, y más tarde, leche.

Está bien complementar

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Sé que hay estudios que indican que incluso un par de gotas de fórmula pueden aumentar el riesgo de que tu hijo sufra alergias, asma y un montón de otras dolencias, pero la conclusión es que tu bebé necesita la barriga llena para crecer y florecer. Al final, la fórmula puede no ser la mejor opción, pero es una mejor opción que pasar hambre. No seas dura contigo misma si terminas en esta situación y recuerda que millones de bebés son alimentados con fórmula y les va brillantemente.

La lactancia materna no es una experiencia de talla única

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Si les preguntas a 100 mujeres que piensan acerca de la lactancia materna oirás un igual número de experiencias diferentes. A algunas mujeres les encanta y nunca tienen ningún problema; algunas mujeres tienen un montón de problemas y les encanta, otras lo odian, pero lo hacen de todos modos y, por supuesto, algunas optan por no hacerlo para nada. Todas están perfectamente bien. Estamos hablando de una experiencia muy física y personal, y todas tenemos derecho a sentirnos–independientemente de cómo nos sintamos al respecto–libres de culpa.

Cuándo destetar es tu decisión

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Si amamantas durante dos semanas o dos años, tú decides cuando destetar. Cada gota de leche materna es beneficiosa para el bebé, así que no importa cuándo decidas tirar la toalla, debes saber que tus esfuerzos significaron una diferencia para tu hijo. De hecho, si amamantar te está produciendo una gran cantidad de estrés y ansiedad podría ser mejor que cambiaras a la fórmula–después de todo, probablemente una madre feliz y relajada es aún mejor que la leche materna para el bebé–.

Puedes darle biberón también

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Muchas madres optan por usar un sacaleche de manera exclusiva. Ya sea porque les es simplemente incómodo, su bebé tiene problemas de retención, la bomba les ahorra tiempo, o cualquier otra razón, no hay por qué avergonzarce. La leche materna directamente de la fuente o en una botella, es exactamente lo mismo, con los mismos beneficios.

Puedes taparte... o no

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De cualquier manera, no estarás mostrando mucha piel. Para ser honesta, la mayoría de los bebés se cansan de estar cubiertos a partir de los cinco o seis meses. Pero eso no significa que tengas que dejar de amamantar en público. Tienes todo el derecho de amamantar en público sin taparte. No es como que quieres estar expuesta delante de las masas, por lo que probablemente seas discreto instintivamente. Puedes usar varias camisetas y bufandas para hacer la experiencia más íntima.

Lo vas a extrañar

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Yo estaba lista, él estaba listo, pero la primera mañana que mi hijo despertó a un vasito de leche entera y no la de mi seno, lloré. No importa cómo o cuando se elige el destete, es agridulce, porque nunca va se vuelve a ese momento especial de mimos y caricias tranquilos que tenías mientras amamantabas a tu bebé.