Ser un atleta exitoso requiere trabajo duro, talento y mucho amor

"Quiero hacer una prueba para ser parte de los Fins".

Nunca me olvidaré el día que mi hija de 6 años anunció que quería hacer una prueba para ver si podía entrar al equipo de natación. Maya amaba el agua como un pez y era una nadadora fuerte y segura de sí misma. Pero solo tenía 6 años y los 'Fins' era un equipo para niños de 8 años.

"Tal vez el próximo año", le dije.

"¿Por qué no este año?" dijo ella. "Yo lo puedo lograr. Yo puedo entrar al equipo."

¿Por qué no este año?

"Porque aún eres pequeña y las otras niñas son mucho más grandes y fuertes", le dije. Pero en realidad lo que estaba pensando era: "No soportaría ver a mi pequeña tan desilusionada si no llega a entrar al equipo".

Maya no se dio por vencida, lo cual es consistente con su espíritu competitivo. Su papá la apoyó todo lo que pudo, pero ustedes conocen a los hombres; ¡no se preocupan por el aspecto emocional de la cosas! Al final lo lograron y el resto es historia.

Me senté con las manos apretadas y el corazón en la boca al ver las pruebas desde las húmedas gradas al lado de la piscina. Pero cuando vi a mi pequeña de 6 años pasar a todas las niñas de 8 años, mi ansiedad se volvió orgullo.

Maya fue aceptada en el equipo y en el equipo siguiente hasta que así llego a ser parte del equipo elite del área. Hoy en día tiene 12 años y sigue ganando, rompiendo récords y logrando cada vez mejores tiempos.

No ha sido fácil. Ella entrena seis días a la semana al amanecer y nuestra familia ha tenido que hacer muchos sacrificios, tanto de tiempo como de dinero. Nuestro acuerdo siempre ha sido que haremos lo que sea para apoyarla con su sueño de convertirse en una atleta olímpica, siempre y cuando ella siga esforzándose en la piscina al igual que en el salón de clase.

Al principio no era tan terrible, solo implicaba dedicarle mucho tiempo y prácticas. Pero ahora que es una atleta reconocida y una de las mejores nadadoras de pecho de todo el país (¡a veces tengo que pellizcarme para creerlo!) las expectativas son muy diferentes. Siento la presión, Maya siente la presión y su papá también siente la presión.

Ahora, no solo las prácticas son más intensas, sino que también tenemos que viajar mucho. Siempre uno de nosotros está con ella y frecuentemente acompañados de la familia entera. El hermano menor de Maya está creciendo y empezando a entender lo buen nadadora que es su hermana. Está orgulloso de su hermana mayor y no le gusta perderse ningún encuentro.

Tal vez Maya sea una gran atleta, pero también sé que todavía es una niña. Ella tiene supersticiones y cosas que debe tener para cada encuentro. Su banda del pelo siempre tiene que combinar con su traje de baño y siempre tiene que comer su merienda favorito entre competencias. Entonces, cada semana le preparo barritas de Frosted Flakes de mantequilla de maní y mermelada y se las pongo en su maleta. De esta manera, gane o pierda, sé que va a haber un delicioso snack esperando por ella. Y así ella recuerda que su mamá la ama. 

No sé si algún día veamos a Maya en el podio olímpico. Pero con una familia fuerte y amorosa que la apoya, tiene las mismas oportunidades que cualquier otro niño.