Cómo las malas palabras te pueden ayudar a criar tus hijos

¡Uy! se me salieron sin pensarlo y lo peor delante de los niños. Dos palabrotas de esas que no podemos publicar pero que te salen del alma en un momento de exasperación.

Las mías salen cuando estoy atascada en el tráfico, cuando me he llegado a pegar en el dedo chiquito del pie con la pata de algún mueble (¡ay, que piiiiii dolor!)  estas malas palabras, groserías, peladeces, salen así, despavoridas, como si tuvieran prisa de llegar a su objetivo. Pero ya no te martirices, porque decirlas, ahora no es tan malo en sociedad. Entérate porqué.

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En casa decimos: ¿Con esa boquita besas a tu mamá? Y ya no tengo que preocuparme en contestar, pues según estudios las groserías ya no son tan malas como parecen. De hecho, psicólogos británicos encontraron que  esas palabras altisonantes son consideradas parte de un lenguaje emocional que te ayudan a sentirte mejor en situaciones estresantes.

Sirven como un mecanismo de defensa que te ayuda a sentirte más fuerte para recuperarte de una situación difícil. ¡qué alivio!

Una gran justificación, que llegó muy tarde a mi vida. Como me hubiera gustado decirles a mis papás que decirle tonta a la tercera potencia, a una de mis hermanas, me beneficiaba emocionalmente. Imagino la cara de de mis papás al escuchar semejante excusa ¡me muero de la risa!

El hecho es, que una mala palabrita por aquí y por allá es ahora beneficioso para la salud. Quién iba a decir que lo que antes era motivo de castigo hoy simplemente, te hace más fuerte.

Te tengo un par de datos interesantes al respecto. Por ejemplo la palabra que más se usa en el Twitter es una grosería que empieza con F@#$%^ y que uno de cada 13 tuits contienen groserías.

Así que la próxima vez que se te salga una palabrota delante de tus hijos o de tu santa madre, infórmales del estudio, a ver si es cierto que la salud te mejora y se te va el estrés. Frente a mi mamá todavía es ¡regaño seguro!

Pero te hablo en serio, fíjate que ahora soltar un par de malas palabras frente a tus hijos o hasta incluso permitirles a ellos que las digan puede ser beneficioso para su crianza. Puede estrechar los vínculos y la confianza entre ustedes, lo cual hace una década era impensable.

Imagen vía Corbis Images