Cuando se trata de quedar embarazada, el viejo dicho "eres lo que comes" parece ser cierto. Lo que comes afecta a todo, desde tu sangre y tus células hasta tus hormonas.
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Beber alcohol con moderación: Un vaso de vino o una botella de cerveza de vez en cuando, probablemente no afectará tus posibilidades de concebir, pero si bebes con frecuencia, asegúrate de no estar embarazada porque el alcohol puede ocasionar daños al feto en desarrollo. Esto quiere decir que el momento de ser abstemia es entre la ovulación y la menstruación.
"El mejor momento para tomar un trago sin preocuparse es el día en que te viene tu periodo", opina Mark Leondires, especialista en fertilidad y director médico de la Asociación para la Medicina Reproductiva de Connecticut.
Si tu ciclo menstrual es irregular (lo que podría hacer que te resulte más difícil saber cuándo estás ovulando) o tienes problemas para concebir, ve a lo seguro y evita el alcohol por completo.
Controlar la cafeína: Los especialistas en general coinciden en que el consumo bajo o moderado de cafeína (menos de 300 mg por día o alrededor de dos tazas de café de 8 onzas o 250 ml), no es un obstáculo para encargar un bebé.
Sin embargo, quizás te convenga suprimir la cafeína por completo si estás teniendo dificultad para concebir o en caso de que te estés sometiendo a fertilización in vitro.
La cafeína estrecha los vasos sanguíneos, haciendo más lenta la circulación de la sangre hacia el útero, lo cual podría dificultar que el óvulo se implante en el útero.
Eliminar abruptamente la cafeína puede provocar desagradables dolores de cabeza. Por ello, si decides abandonar por completo el hábito de la cafeína, deberías hacerlo de forma gradual. Reemplaza cada día un poco más de tu taza de café por café descafeinado, hasta que logres dejarlo por completo.
Replantéate el consumo de carbohidratos refinados: Los carbohidratos no entran dentro de lo prohibido, pero ello no quiere decir que puedas ingerirlos con desenfreno. Muchos carbohidratos refinados, como el pan blanco, las pastas o el arroz blanco, no reducirán de forma directa la probabilidad de que quedes embarazada pero castigarán tu cuerpo.
Si tienes el síndrome del ovario poliquístico (SOP), la causa más común de infertilidad en las mujeres, presta especial atención a los granos integrales. El SOP es un desequilibrio hormonal que puede empeorar cuando los niveles de insulina en el torrente sanguíneo aumentan abruptamente. Los principales desencadenantes de los grandes picos de insulina son los hidratos de carbono refinados.
Come alimentos verdes, rojos y amarillos: Considera las frutas y verduras como un complejo multivitamínico de la Madre Naturaleza. Las frutas y las verduras no solo son ricas en vitaminas y minerales, sino que también tienen sobreabundancia de micronutrientes que degradan los radicales libres, como por ejemplo los fitoquímicos y antioxidantes.
Sé cuidadosa con el pescado: Para una fertilidad óptima tu organismo necesita ácidos grasos omega-3, y el pescado es la mejor fuente.
La Agencia de Fármacos y Alimentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) indica que las mujeres que tengan planes de concebir pueden consumir de manera segura hasta 12 onzas o 340 gramos (aproximadamente dos platos fuertes) por semana de pescado bajo en mercurio, como langostino, atún claro enlatado, salmón o bagre.
La FDA aconseja evitar el atún blanco enlatado además del pez espada, el blanquillo, el pez serrucho o sierra, los filetes de atún, el tiburón, el pez emperador o reloj anaranjado, la macarela o caballa española, el marlín y el mero, ya sean frescos o congelados, porque sus niveles de mercurio son más elevados.
Consume mucho hierro: Incrementa las reservas de hierro de tu organismo antes de quedar embarazada, especialmente si tus periodos son abundantes. El sangrado mensual es una fuente constante de pérdida de hierro.
Asegúrate de tener un buen aporte de hierro ahora, porque una vez estés embarazada tu organismo tendrá dificultad en mantener sus provisiones de hierro a medida que tu bebé extraiga el mineral de tu cuerpo. Para colmo, si dispones de muy poco hierro al comienzo del embarazo tendrás riesgo de padecer anemia posparto, una afección que se observa en el 27 por ciento de las nuevas mamás; y que se caracteriza por presentar un nivel de glóbulos rojos por debajo del normal, lo cual te deja sin energías.
En caso de que no comas mucha carne roja o sigas una dieta vegetariana o vegana, toma un complejo multivitamínico con hierro. Y, para no correr riesgos, pídele a tu médico que te haga un análisis de sangre en el chequeo médico de preconcepción para descartar la presencia de anemia.
Cuídate de la listeria: La listeria es una bacteria nociva que se encuentra en carnes que vienen listas para consumir, quesos blandos y lácteos no pasteurizados. Las mujeres embarazadas son 20 veces más propensas que otros adultos sanos a enfermarse por ingestión de alimentos con listeria.
Para matar la listeria, calienta los alimentos de alto riesgo en el microondas hasta que humeen. Para reducir el desarrollo de las bacterias en los sobrantes de alimentos, programa la temperatura del refrigerador en 40 grados F (4,4 grados C) o por debajo. Bota la comida que haya estado a temperatura ambiente por más de dos horas.
Algunos alimentos que debes evitar por completo son: Ceviche y sushi crudo, mariscos ahumados refrigerados (como el salmón ahumado), queso blando hecho con leche sin pasteurizar y otros lácteos no pasteurizados.
No tengas miedo a las proteínas: Evita las dietas que excluyan a un grupo entero de alimentos o hagan demasiado énfasis en un solo tipo de alimento.
Intenta comer dos a cuatro porciones de hasta 3 onzas (85 gramos) de proteínas por día, que incluyan pescado, carnes magras, frutos secos y legumbres.
Reemplaza lo que te falte con vitaminas: Incorporar todos los nutrientes que necesitas para la fertilidad únicamente a través de los alimentos es una tarea difícil. Para estar segura toma una vitamina prenatal o un complejo multivitamínico regular.
Si decides tomar un complejo multivitamínico de venta sin receta en lugar de una vitamina prenatal, asegúrate de seguir estos parámetros importantes:
Debes cerciorarte de que no supere la dosis diaria recomendada de 770 mcg (2.565 UI) de vitamina A, a menos que proceda toda de beta-caroteno. Tomar en exceso una cierta clase de vitamina A puede producir anomalías congénitas. (La clase que aparece en forma natural en los alimentos es segura, de modo que no tienes que preocuparte si te pasas cuando ingieres alimentos ricos en vitamina A).
Busca un complejo multivitamínico con al menos 400 microgramos de ácido fólico. Esta vitamina B protege a los bebés de defectos congénitos del tubo neural, como la espina bífida. Es especialmente importante que tomes suficiente ácido fólico antes de quedar embarazada, dado que el tubo neural de tu bebé se forma entre las tres a cuatro semanas después de la concepción, cuando muchas mujeres ni siquiera se han dado cuenta de que están embarazadas.
Elige un complejo multivitamínico que también ofrezca una dosis saludable de vitamina B12. La evidencia preliminar sugiere que la carencia de la vitamina B12 puede también contribuir en la formación de anomalías en el tubo neural.
Debido a que la vitamina B12 se encuentra principalmente en los alimentos de origen animal, las mujeres que raramente comen carne o siguen una dieta vegetariana o vegana estricta deberían buscar un complejo multivitamínico que les proporcione la dosis diaria recomendada de B12 (2,4 microgramos) o directamente un suplemento de B12.
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