Imagínate que tienes 16 años y descubres que estás embarazada después de que te viola un compañero de la escuela. Imagínate que es 1964 y no tienes la menor idea qué hacer, pero finalmente decides dar a tu hija en adopción de manera confidencial. Es decir, pides que los récords sean sellado para que tu hija nunca sepa nada acerca de ti y así puedas cerrar este terrible capítulo en tu vida. Imagínate que 30 años más tarde, recibes una llamada de esa hija que diste en adopción y tu vida se viene abajo porque ni tu marido ni tus hijas saben nada de esa parte de tu historia. ¿Cómo reaccionarías?
Pues eso es exactamente lo que le pasó a Kathleen Hoy Foley y su reacción al ser contactada por su hija ha sido fuertemente criticada.
Foley no ha querido saber nada de ella desde la primera vez que la joven reapareció en su vida. Foley culpa a la agencia de adopción por haber revelado información que debía haber sido confidencial y dice que el ser contactada por la hija que dio en adopción la hizo revivir la terrible experiencia de ser violada de adolescente. Por no hablar de lo humillante que fue tener que confesarle la verdad a su esposo y a sus hijas.
Por su parte, Elaine Penn, quien hoy tiene 48 años, dice que la reacción de su madre biológica fue con si le hubiese clavado "un cuchillo en el corazón". Las dos mujeres nunca se han conocido y, actualmente, no se dirigen la palabra.
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Entiendo la necesidad de Penn de buscar a su madre biológica y estoy segura que no se imaginó ni por un instante que se negaría a conocerla–aunque me imagino que ese es uno de los riesgos que corre cualquier hijo que es dado en adopción al ponerse en contacto con sus padres biológicos–. Y aunque entiendo lo chocante que debe haber sido para Foley enterarse que Penn la había encontrando, no creo tampoco amerite la campaña que ha montado en contra de su hija.
No hay caso que el tema de la adopción siempre estará lleno de drama y controversia. Tal vez Penn debió haber dejado las cosas como estaban…
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