¿A quién se le ocurre ponerle pegamento (super glue) a una bebita de dos años en sus manitas y luego dejarle sus deditos pegados a la pared? Pues a Elizabeth Escalona, de 22 años y madre, si es que a eso se le puede llamar madre, de la pequeña Jocelyn Cedillo.
Como si tal atrocidad no fuese suficiente, frustrada porque la pequeña no respondía al entrenamiento para controlar esfínteres, esta mujer de Dallas golpeo a su niña de tal manera que la bebita tuvo que ser ingresada al hospital y permanecer internada por una semana, con fractura en varias de sus costillitas y sangrado en su cerebro.
Cuando leo estas cosas, de verdad no sé ni qué decir. Me indigna, por decir lo menos, que alguien pueda ser tan bárbaro y abusador para golpear a un bebé, indefenso, de esta manera. Me queda de consuelo que la desalmada de Elizabeth ahora enfrenta una sentencia de cadena perpetua como castigo por la brutalidad de sus actos.
La abuela de Joselyn y madre de Elizabeth, Ofelia Escalona, quien fue llamada como testigo de este abominable caso, dijo que encontró a la bebita respirando a duras penas en el piso y supo, cuando vio la cara de su hija, que algo malo había pasado. Según contó, vio a su hija pero su rostro no era el de ella.
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Al parecer el expediente de violencia de Elizabeth es de vieja data. Según contó Ofelia a ella misma la golpeó varias veces siendo una niña. En el hospital, mientras Jocelyn estuvo internada ni siquiera preguntó por cómo evolucionaba la bebecita y al ser interrogada por la policía dijo que ella tenía la culpa. Sin embargo, cuando la policía le preguntó sobre los hechos que se inculpaba, la mujer no respondió.
Si Elizabeth está enferma o también es una víctima, eso es harina de otro saco. Como mamá me conmueve la fragilidad de la bebecita, quien es la débil en este caso y espero que se haga justicia y pueda crecer rodeada de amor en el seno de una familia que la cuide y la proteja.