Creo que a la mayoría, nuestros padres nos dijeron algún día: "cuando tengas hijos lo entenderás" ¿Quién no odiaba esa fastidiosa frase cuando era joven? Y es que, con toda sinceridad, lo que a uno le importaba en ese momento, era salirse con la suya y no andar haciendo reflexiones sobre algo que parecía sumamente lejano. Pero cuando ese día llega –o está bastante próximo– es cuando entiendes de repente todo, y entonces nada más te queda rezar porque tus hijos no te hagan pagar por todo lo que les hiciste a tus padres.
Y es que, recuerdo los días en los que mi pobre madre, no pegaba pestaña, porque a su "prudente" hija (ósea yo) se le ocurría llegar hasta la madrugada, los fines de semana, después de haberme ido a la discoteca con mis amigas. Recuerdo, cómo cada vez que mi mamá me decía que tuviera más consideración con ella, yo sólo le contestaba, que se tomara unas pastillas para dormir y que dejara de esperarme despierta. También, confieso que cuando iba en la preparatoria, algunas veces, me "fui de pinta" con mis amigas y cuando regresaba a la casa ¡ponía mi cara de ángel como si nada hubiera pasado!
Y cómo olvidar la de "úlceras" que le saqué a mi mamá, cuando llegué a la etapa de los "novios", pues era la más "noviera", como ella misma me decía. No sabes la de discusiones que tuvimos, porque a mí simplemente no me parecía, que no me permitiera tener novio, pues según yo, ya tenía la edad suficiente para llevar una relación seria (¡mi primer "novio" lo tuve a los 13 años!) Y después de que me hacía la "indignada", a mi pobre madre, no le quedaba de otra, más que aceptarlo, pues sabía que la situación se pondría mucho peor si se le ocurría decirme algo.
En fin, ahora que miro hacia atrás, como una mujer adulta y como alguien que tiene en mente ser mamá, me aterra el hecho de imaginarme, que mis hijos podrían hacerme pagar todas las que le hice a mi mamá. Eso sí, a mi defensa debo decir que tampoco fui la peor de las hijas, ya que siempre sacaba muy buenas calificaciones en la escuela y, al final de cuentas, siempre aceptaba mis errores cuando sabía que no había actuado de manera correcta. Pero sé que por lo menos, las desveladas que le hice pasar, por irme de fiesta, no me las va a perdonar "el karma".
Así que, probablemente no me quede de otra, más que ir haciéndome la idea de que cuando mis hijos sean adolescentes ¡tendré que comprarme unas pastillas para dormir! porque seguro serán igual de fiesteros que su mamá ¡Aunque espero que no!
¿A ti tus hijos te hicieron pagar lo que hiciste de joven?
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