Todas las mujeres embarazadas son tan bellas como Jessica Simpson

La portada de la revista Elle que muestra a Jessica Simpson embarazada no tiene competencia. Aunque ya hay quienes han dicho que destronó, compite o imita la icónica imagen de Demi Moore en la revista Vanity Fair. Sea cuál sea la percepción de quien vea la publicación, lo importante es que la cantante se ve hermosa.

En la entrevista que Jessica Simpson, concedió a Elle, reveló o confirmó que está esperando una niña, a quien ella y su novio Eric Johnson  han decidido ponerle un nombre poco tradicional – con lo cual se sumará a la lista de celebridades que ponen nombres "extraños" a sus bebés-.

La cantante también comentó lo nerviosa que se siente con relación a la maternidad, que está ansiosa por ver la cara de su bebita y que no puede esperar para tenerla entre sus brazos. De igual manera dijo que uno de los antojos que más ha tenido a lo largo de su embarazo es tomarse un vaso de agua inmenso con todo el hielo que le quepa.

En dos platos, Jessica Simpson, se reveló en esa entrevista y en la portada como lo haría cualquier mujer embarazada: __bella, fuerte, frágil, temerosa, valiente, ansiosa por tener a su bebé en los brazos, dispuesta a comerse el mundo por su hija y a la vez dudosa de que pueda ser una buena madr__e; es decir, es una mujer embarazada, con todas las características que tenemos durante el embarazo, con toda la ansiedad, las contradicciones, los temores, la ansiedad, las alegrías y la ternura que nos invaden en esta etapa.

La dulce espera, a pesar de las náuseas, el rechazo a algunas comidas y olores, así como el mareo matutino, es de verdad dulce. Sabemos que en unos meses ya la vida no se conjugará en singular, sino en plural. No estaremos solas – y no lo digo en el sentido egoísta de que tendremos compañía-. Al contrario, es muy raro que una mujer que se convierta en madre, no se ponga de una vez la capa de súper héroe, que sienta que es capaz -y que tiene el deber- de enfrentar lo que sea por el bienestar de su criaturita.

Por otro lado, siempre he pensado y sentido que la etapa más bella físicamente de la mujer es el embarazo. Al menos en mi caso, así lo sentí. Las manchas en la cara, las estrías en la panza, las libras que naturalemente subimos, todo pero todo, no se compara con la felicidad que produce sentir las patadas del bebé.

¡Te lo juro por Dios! Para mí sentir a mis hijos en mi panza ha sido el mayor placer físico que he tenido en la vida.

Las mujeres embarazadas son como catedrales de la belleza, sin importar su raza, estatura o color. ¿Te parecen lindas las embarzadas?

Imágenes vía Elle Magazine, Guillermo Albornoz