Hay un dicho que afirma que uno se acostumbra a todo en esta vida. Es una de las falsedades que se repiten día a día. Sé que jamás nos vamos a acostumbrar a las noticias de niños y adolescentes asesinados en sitios sagrados como son los centros de estudios como sucedió esta mañana a 35 millas al este de Cleveland. Un muchacho entró a las siete y media a la cafetería de su secundaria Chardon High School, en Ohio, y disparó contra cinco de sus compañeros, matando a uno de ellos. La policía se ha negado a identificar al muchacho, por ser menor de edad, pero en blogs y diarios locales ya han publicado su nombre y testimonios de chicos que afirman que el asesino escogió a sus víctimas.
¿Se imaginan la angustia de los padres de estudiantes en la escuela en Ohio donde se dió el tiroteo?
No se sabe cómo, pero un profesor le hizo salir corriendo del lugar. La policía montó inmediatamente una cacería que incluyó a perros de la unidad canina, pero el joven se entregó poco después. La escuela fue cerrada de inmediato, se cancelaron las clases en todo el distrito escolar y los padres fueron avisados vía email o textos a sus celulares.
Éste es uno de los casos en los que dejar que los adolescentes lleven sus teléfonos a las escuelas resultó positivo. Al menos, los papás pudieron confirmar de inmediato que sus hijos estaban bien, bueno, no todos. No logro pensar en las familias involucradas, en especial la del muerto, sin que me den ganas de llorar.
Cuando escribo 'familias involucradas' también estoy incluyendo a la familia del asesino. Los chicos entrevistados contaron que se trataba de un joven solitario que a menudo era víctima de hostigamiento (bullying). ¿Cuál sería el estado mental de ese muchacho que llegó a la conclusión de que matar sería la única solución? Este fin de semana fui a ver la película Chronicles, que toca el problema de los jóvenes llevados a situaciones psicológicas extremas por acoso constante. Esta cinta tiene un toque de ciencia ficción, pero no logra borrar la realidad que sufren nuestros muchachos. Me vienen a la mente los tiroteos en Columbine y en Virginia Tech.
¿Cuándo será que nuestra sociedad, tan avanzada para algunas cosas, va a comenzar a tratar el problema de la violencia social como una enfermedad mortal? Como uno sólo puede ayudar a los que tiene alrededor, te pido por favor que confrontes a tus hijos si crees que son víctimas de hostigamiento o si ellos mismos son los bullies. Son comportamientos que representan las dos caras de una misma moneda. Ayúdalos con atención psicológica o hasta haciéndoles participar en actividades de equipos, deporte, música, teatro….Y lamentablemente, conversa con ellos sobre qué pueden hacer si hay balaceras en sus escuelas. ¡Que tristeza!
Imagen vía AP