Cuántas veces no hemos escuchado decir que la realidad siempre supera la ficción y que los temas que se tocan en las telenovelas y en las películas se quedan cortos con las cosas que suceden cotidianamente. Pues bien, mientras leía en el diario mexicano El Universal que una maestra encerró a un niño de siete años más de ocho horas por no haber hecho la tarea y que el pequeño fue encontrado por las autoridades dormido bajo el escritorio, arropado con el suéter de la dizque docente, la verdad me quedé en shock.
Sentí que estaba leyendo el argumento de una telenovela truculenta, de esas donde los villanos le hacen la vida de cuadritos a los demás personajes, pero no.
En una escuela primaria llamada 5 de octubre y ubicada en Nuevo León, México, una maestra llamada Zulema, decidió castigar al pequeño Jahir encerrándolo después de la salida escolar. Mientras sus compañeritos se formaban para salir, la docente ordenó al menor permanecer en el aula, y a las seis de la tarde cerró el salón de clases con un candado.
La madre del pequeño pensó que se había retrasado jugando y dejó pasar unas horas. Hasta que comenzó a buscarlo desesperadamente. Finalmente a las dos de la madrugada las autoridades locales encontraron al pequeño acurrucadito bajo el escritorio de su maestra. El salón de clases estaba totalmente oscuro.
De acuerdo a Ramiro Ramírez, presidente del Colegio de Licenciados en Criminología de la República Mexicana, la mujer podría enfrentar una pena de 25 a 60 años de prisión.
Noticias como ésta me dejan con la boca abierta. No tengo ninguna duda de que la tal Zulema tiene, no uno, sino todos los cables y tornillos sueltos. Tan sólo un psicópata es capaz de cometer un acto criminal como éste. Sí, lo califiqué de criminal. Ésta doña expuso la integridad física y emocional de un niño de tan sólo siete años.
Me pregunto si es que ahora los padres también tendremos que empezar a pedir en las escuelas de nuestros hijos certificados de salud mental de los docentes. Por otro lado —y no sé si peco de controladora— pero, ¿qué es eso de que la madre dejó pasar unas horas porque pensó que el muchachito estaba jugando? El nené salió de la escuela a las seis de la tarde. ¿Hasta qué hora se supone se supone que un niño esté solo en la calle en un país plagado por la inseguridad y los secuestros como México?
En esta historia hay irresponsabilidad de muchas partes. Otra pregunta que me hago en voz alta es ¿no hay en las escuelas públicas mexicanas celadores o personal de seguridad? ¿Nadie chequea que todo esté en orden?
Este caso, más allá de las implicaciones legales que envuelve, debería ser estudiado por las organizaciones que defienden los derechos humanos y tomarlo como bandera para evitar que este tipo de atrocidades sigan sucediendo. Afortunadamente, Jahir está sano y salvo. El trauma que le haya causado haber sido privado de su libertad varias horas seguramente podrá resarcirse con ayuda psicológica, pero su destino pudo haber sido otro.
¿Qué harías si un hijo tuyo pasa por una situación similar?
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