Nace de forma prematura bebé de mujer que desde febrero fue declarada con muerte cerebral

El viernes 13 de junio de 2025, fue un día casi milagroso en Atlanta, Georgia. Después de cuatro meses de que una mamá fuera declarada con muerte cerebral, logró dar a luz a su bebito.

Adriana Smith tenía 31 años y la internaron cuando tenía tan solo ocho semanas de embarazo, luego de que presentara intensos dolores de cabeza, siendo entonces que los doctores se percataron que tenía coágulos en el cerebro.

A pesar de que la declararon con muerte cerebral, los médicos se negaron a desconectarla, al argumentar que las leyes del estado prohíben el aborto cuando los fetos ya presentan actividad cardiaca, tal y como sucedió en su caso. Por esto la mantuvieron conectada hasta el nacimiento de su bebé, quien llegó a este mundo de forma prematura a los seis meses de gestación.

La pesadilla de Adriana comenzó con unos intensos dolores de cabeza.

El pasado mes de febrero, la vida le cambió por completo a Adriana Smith, una mujer embarazada que acudió a un hospital en Atlanta tras presentar intensos dolores de cabeza, tras lo cual le suministraron unos medicamentos y la dieron de alta.

Cuando Adriana creyó que lo peor ya había pasado, comenzó a jadear por la falta de aire a la mañana siguiente, lo que llevó a su pareja a llamar al número de emergencia. De ahí la trasladaron al Hospital de la Universidad de Emory, en donde le detectaron coágulos de sangre en el cerebro y la declararon con muerte cerebral el 19 de febrero.

Los médicos se negaron a desconectarla por su embarazo.

A pesar de la tragedia que vivieron los Smith por la muerte cerebral de Adriana, los médicos les negaron la posibilidad de desconectar a la joven, pues ya tenía ocho semanas de embarazo cuando sucedió el episodio y el estado de Georgia prohíbe, de forma determinante, el aborto cuando ya se registra actividad cardiaca en el feto, lo cual normalmente ocurre tras las seis semanas en el vientre materno.

La decisión de los doctores provocó un intenso debate sobre el derecho a una muerte digna, luego de que Chris Carr, fiscal general republicano, aclarara que el caso de Adriana era algo excepcional: “Retirar el soporte vital no es una acción con el propósito de terminar un embarazo”, señaló por medio de un comunicado en su momento.

El bebé nació prematuramente a los 6 meses de gestación.

Aunque Adriana apenas tenía dos meses de embarazo cuando la declararon con muerte cerebral, su bebé, a quien llamaron, Chance, nació el pasado viernes 13 de junio; es decir, a los seis meses de gestación, contó April Newkirk, su abuela. Ella detalló que el nuevo integrante de la familia llegó a este mundo a través de una cesárea de emergencia.

Desde su nacimiento, el bebito, quien pesó pesa alrededor de 1 libra y 13 onzas, se encuentra en la unidad de cuidados intensivos neonatales, pero su abuela confía en que lograran salir juntos del hospital: “Se espera que esté bien. Está luchando por sobrevivir, solo queremos oraciones para él”, dijo en unas declaraciones as Associated Press.

A Adriana la desconectaron del soporte vital el martes.

La madre, quien ya no pudo recibir en brazos a su segundo hijo, fue desconectada el martes del soporte que la mantenía con vida, luego de que días antes diera a luz al pequeño Chance.

Adriana era enfermera de profesión, cumplió 31 años el pasado domingo y tenía otro hijo de 7 años, quien, al igual que su abuela, está muy afectado con lo sucedido: “Soy su madre. No debería estar enterrando a mi hija. Mi hija debería estar enterrándome a mí”, declaró April Newkirk.

El hospital no ha emitido comentarios sobre este caso.

La forma en que se trató la muerte de Adriana Smith abrió el debate sobre el aborto y los escenarios en los que deberían permitirlo, pues la familia de la joven no entendió por qué alguien más, y no ellos, decidieron sobre el destino que tendría su hija, a quien no pudieron desconectar porque llevaba un bebé en su vientre.

Hasta el momento, el Hospital de la Universidad de Emory, que era donde Adriana trabajaba como enfermera, no ha fijado su postura al respecto, luego de que argumentaran que no tienen autorizado hablar de un paciente en específico.