Gabriel Porras, ex de Itatí Cantoral, pasó de ser galanazo de las telenovelas a bartender

Los años son, en ocasiones, nuestros peores enemigos y así le sucedió al actor mexicano Gabriel Porras, quien con el pasar de los años comenzó a ser borrado de diversos proyectos televisivos, lo que lo llevó a reiventarse y a comenzar de nuevo en una profesión que desconocía, pero en la que encontró la estabilidad que tanto le hacía falta y esos ingresos económicos que escasearon por la falta de oportunidades a cuadro.

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Hoy, a pesar de haber sido unos de los galanes más codiciados de los últimos años, el ex de Itatí Cantoral y de Sonya Smith encontró detrás de una barra de bar su talento oculto, al haberse convertido en bartender, un trabajo que no le resultó nada sencillo en un inicio, pero con el pasar de los meses y de los golpes aprendió a dominarlo, tal y como lo hacía en sus buenos tiempos con las cámaras de televisión.

Aunque en los últimos años ha tenido pequeñas participaciones en producciones como Amores que engañan, donde apareció en un capítulo, la realidad es que su vida antes de la pandemia fue totalmente otra, al haber brillado en grandes producciones de Telemundo, como Sin Senos no hay paraíso, Los Miserables, La Fan, El Señor de los Cielos y Al Otro Lado del Muro, que fue su último gran papel en la pantalla chica. ¿Quieres conocer más sobre él? Él mismo se sincera sobre su presente en una muy íntima entrevista con Desiguales.

Reconoce que la pasó muy mal cuando dejó de recibir oportunidades.

Gabriel Porras, con quien Itatí Cantoral comenzó a salir cuando aún estaba casada con Eduardo Santamarina, se sinceró en entrevista con Desiguales sobre el muy complicado presente que vive en el ámbito laboral, al hablar, como pocas veces, de la falta de oportunidades que ha tenido en la televisión en los últimos cinco años, lo que lo ha llevado a explorar nuevos horizontes.

“Creo que es lo más difícil, cuando estás en tu casa esperando esa llamada famosa para el siguiente protagónico o lo siguiente que nos va a pasar y resulta que no llega, y pasa un año, y no llega: y pasan 2 años, y no llega; sigues haciendo castings y no sucede nada. Sigues haciendo castings y no sucede nada y dices: ‘Bueno, hay dos posibilidades. O que yo diga que soy un terrible actor y que no fui bueno, y que me eché tierra para abajo o pensar que las circunstancias no están bien ahorita, en este momento, para mí como actor”, compartió Porras resignado sobre su duro presente.

La necesidad lo llevó a probar suerte en un nuevo rubro.

El hambre y la necesidad de pagar sus deudas llevaron a Gabriel, quien en la actualidad tiene 56 años, a comenzar de nuevo y a buscar en qué más podría ser bueno para hacer frente a todos los desafíos que le puso la vida, siendo entonces que decidió olvidarse de la tele y probar suerte detrás de una barra de bar.

“Mi cuerpo y mi mente siguen vivas y tengo que pagar las facturas, los impuestos, todo lo que hay que pagar, entonces pues a tomar la decisión. Qué hago, qué actividad podría realizar yo que soy actor que no me hiciera sentir mal y dije: ‘Bueno, los actores siempre fuimos meseros y bartenders'. Me meto a estudiar un curso de bartending”, compartió sobre su agresiva, pero muy interesante decisión de vida.

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Admite que la misión en su nuevo trabajo no fue sencilla.

Si bien es cierto nunca perdemos la capacidad de aprender, con el pasar del tiempo se nos complican un poco más las cosas, lo que lo llevó a este galanazo a valorar más que nunca el gran trabajo que hacen los meseros y los bartenders, pues hay cosas que uno como cliente no ve y que son de muchísimo sacrificio.

“Cuando me tocó trabajar: ‘Ay, Dios mío’. Yo respeto a los meseros y los bartenders, como ustedes no tienen ni idea. Es un trabajo durísimo. Lo de menos es mezclar bebidas, hay que cargar toneladas de hielo para poder poner las bebidas. todo lo que ustedes ven en los restaurantes, las botellas acomodadas bonitas, todas esas botellas se acomodan y se guardan todos los días, todos los días se limpia todo”, relató sobre su experiencia en el bar.

Se sincera sobre lo mal que la pasó en sus primeros días.

Si bien es cierto, después de un tiempo ya se movía como pez en el agua detrás de la barra, lo inicios de Gabriel Porras en su nuevo oficio no fueron para nada sencillos y él así lo externó en la misma entrevista, al asegurar que llegó hasta al llanto.

“A las 3 semanas yo lloraba, te lo juro. Yo me sentaba en la banqueta y decía: ‘Pero, es que esto no’… Me dolía el cuerpo, sentía que no era lo mío”, continuó en su más sincero testimonio.

Ya dejó la barra para enfocarse en lo suyo.

Tras el escape que tuvo, el cual le resultó trascendental para encontrar el rumbo, Gabriel Porras decidió dejar la barra y volver a buscar nuevas oportunidades en el medio, a pesar de que como bartender había días en que recibía hasta US$300 por puro concepto de puras propinas.

“Prefiero hacer teatrito poquito, ahorrar más, tal vez rentar mi casa, buscar otra alternativa, pero mi espíritu sí se estaba empezando a lastimar porque no era yo. Es un trabajo súper decente, súper difícil, pero no es lo mío”, compartió el exparticipante de Así se Baila, a quien esperamos ver muy pronto en alguna otra producción televisiva.