¿Sabías que, de acuerdo al National Sexual Violence Resourse Center (NSVRC), una de cada cinco mujeres será víctima de violencia sexual en algún punto de su vida y que en Estados Unidos una de cada tres mujeres también ya experimentó algún tipo de violencia sexual? Lo lamentable es que muchas féminas tienen que cargar con el peso extra de ser señaladas y las críticas sociales cuando se atreven a hacer una denuncia. Un ejemplo claro es el caso de una famosa youtuber quien recientemente denunció que fue víctima de abuso sexual por parte de un amigo del medio. Esto detonó una serie de comentarios de algunos presentadores de medios de comunicación que denotaron falta de empatía y sensibilidad ante una situación tan difícil. Es por ello que acá te comparto los posibles motivos por los que equívocamente y desde la ignorancia total, terminan culpando a las víctimas, desviando la atención de la verdadera causa que es el 'abuso'.
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El abuso sexual no es un tipo de agresión cualquiera, es una experiencia que desarma a la víctima en muchos sentidos. La psicóloga chilena Susana Alvarado, especialista en terapia reparatoria de abuso sexual, dice algo muy importante: ‘
"Las víctimas sexuales no sólo necesitan una reparación psicológica sino una social y legal".
Es increíble escuchar a las personas conocidas o desconocidas para la víctima e incluso defensores de la ley, que lanzan comentarios como: “es su culpa, no denunció de inmediato, ella no se cuidó…” y peor aún, que se pase por alto la situación de lo que implica un abuso. Tomemos en cuenta que la agresión sexual no tiene justificación en ningún sentido.
Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips prácticos para la mujer y consejos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.
Hay ignorancia total, es muy fácil emitir una opinión subjetiva cuando no se ha vivido una experiencia traumática.
Es muy delicado juzgar e incluso opinar sobre algo cuando no has atravesado por la experiencia que se critica o que se señala destructivamente. Hay un dicho popular que es muy claro en esto y que dice que nadie experimenta en cabeza ajena y mucho menos este tipo de sucesos que son momentos que generan estrés postraumático, culpa y vergüenza en la víctima. Por ello, y para evitarlo, es importante la educación emocional en ti misma y en tus hijos. No hay que olvidar los valores básicos y universales, la tolerancia, el respeto y la humildad.
Muchos se esconden detrás de una pantalla o de una red social y es más sencillo señalar así que hacerlo de frente.
Lo interesante es que muchas personas que han sido víctimas de críticas terribles sin argumentos sólidos que las sustenten, son las mismas personas que se convierten en victimarios. Es un fenómeno psicológico interesante ya que cuando eres blanco de algún juicio innecesario o destructivo, se esperaría el efecto contrario, es decir, ponerse en los zapatos de otros. Sin embargo, el no tener de frente a una persona hace mucho más fácil desacreditar la importancia de que somos seres humanos y hacer a otros aquello que a ti no te gusta que te hagan.
Es una forma de apoyar el pensamiento machista y una evidencia clara de que en esta sociedad no hay igualdad.
Esto es un tema cien por ciento social y de educación. Mientras no se fomente la igualdad en las familias, mientras no se coloque a la mujer como un ser humano con los mismos derechos que los hombres y mientras las mismas mujeres se conviertan en verdugos de otras féminas, es muy difícil que la sociedad cambie. El nivel de conciencia que se requiere depende de que muchos modifiquen su percepción del respeto y erradiquen los residuos de pensamiento machista que aún llevan en sí y sobretodo de que las formas de crianza y educación en nuestros hijos se reorienten a la igualdad.
Piensan que la mujer lo provoca por ser ‘demasiado libre’, un prejuicio que debe eliminarse.
Evidentemente los prejuicios siempre han sido los causantes de muchas injusticias a lo largo de toda la historia. Frases como: “es hija de familia", "es que ella no se da a respetar", "es mujer, no debería estar sola a altas horas de la noche ”, son mensajes que llevan implícita la desigualdad. El respeto es un derecho universal, así como lo es la dignidad. Eso no puede ser trasgredido debido a un prejuicio en el cual se puede tener la falsa creencia de que una mujer libre da un mensaje equivocado por ser libre.
Responsabilizan a la víctima por “haberse expuesto y desprotegido”.
La seguridad personal, la autoprotección y el autocuidado no están relacionados con el hecho de que una mujer tenga que ir por la vida dejando de ser ella misma para que no la agredan. Somos seres humanos, no estamos en una jungla donde deba imperar la ley del más fuerte o el sentido de supervivencia que impida a cualquier mujer estar en una fiesta, vestirse como elija y sentirse segura de que pase lo que pase la van a respetar. Es una cuestión de educación y principios.
Muchas personas juzgan el hecho de que la mujer abusada debió defenderse y no permitirlo.
Un gran porcentaje del abuso sexual se da dentro de la misma familia o incluso con amistades cercanas. Los procesos psicológicos que se dan en estos casos son sumamente complejos ya que hay una mezcla de afecto combinado con miedo. Es muy complicado asimilar lo que pasa. Hay una mezcla de mucho sentimiento de culpa con negación y lealtad distorsionada. La parálisis en la que una víctima de abuso puede entrar es efecto del sentido de supervivencia. Estas son cosas que las personas de afuera desconocen y las cuales se les hace muy fácil juzgar desconociendo totalmente el proceso emocional implicado.
Señalan que la víctima debió haber actuado de inmediato y denunciar sin tomar en cuenta el procesamiento del trauma.
Muchas mujeres deciden denunciar el abuso mucho tiempo después y no lo hacen de manera inmediata debido a múltiples factores relacionados con la culpa, el miedo y la vergüenza. Además, en muchas ocasiones el temor a ser ignoradas e incluso señaladas como mentirosas por quienes imparten justicia o sentirse que dañarán a la familia o al círculo social cuando se trata de alguien que conocen, las mete en una confusión que toma tiempo procesar. La falta de apoyo social, familiar y legal se convierte en un obstáculo para hacer la denuncia inmediata.
Escucha los estereotipos que existen contra las víctimas de acoso y agresión sexual en nuestro podcast.
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