En una relación sana es imprescindible la empatía, la cooperación, la solidaridad y sobre todo la búsqueda del bienestar común. Para que una relación sea saludable también necesita estar fortalecida por el afecto, el amor y apoyo incondicional ya que todo esto crea lazos irrompibles a pesar de las dificultades que puedan surgir en el camino. Las relaciones humanas pueden generarnos felicidad, plenitud y bienestar ya que nuestra naturaleza es de convivencia y compañía. Dicen por ahí que la soledad puede ser una fuente de dolor y sufrimiento y en muchos de los casos puede ser un factor de depresión. Es por ello que, necesitamos fomentarlas siempre bajo el lema: “los demás, tú, yo, todos somos importantes”.
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Para entablar relaciones sanas y conformar tu red de apoyo, no necesitas ser la persona más sociable del mundo, solamente necesitas estar dispuesta a ser recíproca y asertiva. En una relación sana, es importante el balance así que a veces será un hoy por ti, mañana por mí, de esta forma propones una dinámica basada en la igualdad y el equilibrio, sin lucha de poderes, sin egos de por medio. Aquí te paso unos tips importantes para fomentar relaciones saludables en tu vida.
Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips prácticos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.
Toda relación saludable empieza por el amor propio.
Se que es una frase muy gastada y subjetiva pero también es muy cierta:No podemos dar lo que no tenemos y si queremos estar en una relación madura y sana necesitamos empezar por proveernos a nosotras mismas el cariño, el afecto, la protección y la seguridad que necesitamos. Esto implica que antes de priorizar las necesidades de otros o de ayudar a otros debes haberte priorizado y ayudado a ti misma. Si tú tienes los recursos emocionales suficientes para tí, podrás brindarlos a otros así que no te olvides de comenzar por sanar tu autoestima.
Evita idealizar tus relaciones de vida, somos humanos imperfectos.
Dicen que del odio al amor hay un paso, así que ten cuidado con idealizar ya que ninguna relación será perfecta. Todo vínculo tiene sus buenos momentos y sus malos momentos. La clave para que sea saludable está en el hecho de cómo afrontan los conflictos que se puedan presentar ya que si tú y tu amiga, amigo, pareja, familiar, compañera o compañero, hija, hijo, convierten un problema en una batalla, estarían destruyendo poco a poco el lazo o por el contrario, cuando no marcan límites, estarían cayendo en una relación basada en el poder o en el miedo y por lo tanto no sería sano para ninguna de las partes.
Respeta a los demás y pide el respeto que te mereces.
El respeto es uno de los valores universales que fomentan la paz y la armonía en el mundo y está basado en la tolerancia a las diferencias. Puede que los otros no piensen igual que tú y puede que muchos no estén de acuerdo contigo tampoco, sin embargo, ambas partes pueden respetar la manera en la que perciben la vida y tener una relación de armonía a pesar de dichas diferencias. Una forma práctica de establecer armonía y manifestar el respeto, es el establecimiento de acuerdos. Así que elige el camino de la negociación y verás como todo tiene solución.
No des consejos sino te los piden.
Aprende a escuchar y a acompañar emocionalmente sin juzgar. A veces puede resultar difícil porque cuando tienes el camino claro y tu ser querido tiene una venda en los ojos, por amor quisieras quitársela dándole todos los consejos del mundo aún sin que te los pidan. A veces, es necesario aceptar que cada uno necesita recorrer sus caminos para aprender a sortearlos. Así que, lo mejor es preguntar: ¿Qué necesitas de mí, que solo te escuche, que te de mi punto de vista, quieres un consejo o una opinión? De esta manera estarás respetando el proceso de tu ser querido.
Evita tomar las cosas de forma personal.
Hay algo que con frecuencia le digo a mis consultantes en terapia: “las personas que te rodean no se despiertan todos los días pensando cómo te harán la vida imposible”. Dice Miguel Ruiz, el gran escritor y autor mexicano del famoso libro `Los cuatro acuerdos´ que ante esto, es importante silenciar el ego. Así que, si te sientes ofendido o agredido por alguien, piensa que esa persona está hablándote desde su perspectiva, desde su historia, desde sus dolores. Con esto, no quiero decir que tomes una postura pasiva o sumisa, puedes poner límites y tomar la distancia que necesitas sin generar odio, rencor o resentimiento. Al contrario, puedes hacerlo entendiendo que la otra persona está proyectando su realidad en ti y ve lo que quiere ver.
Una relación sana siempre te impulsará a ser tu mejor versión.
Busca tu propia tribu, aquella en la que te sientas tu misma y en constante crecimiento, aquella relación en donde te sientas motivada y sobre todo impulsada. Rodéate de entornos que te ayuden a avanzar, que te muestren nuevos caminos, nuevas formas de ver la vida y sobre todo que sean solidarios y se preocupen por el bienestar común. Busca relacionarte con personas que te ayudan a encontrar tu potencial y a desarrollarlo y haz lo mismo por otros.
Busca a ese alguien que te recuerde que no estás solo o sola.
Las redes de apoyo pueden salvar vidas, así que cuando te sientas sola, busca a tu mejor amiga, busca a tu hermana, a tu mamá. Cuando pides ayuda, estás buscando el la protección y el acompañamiento que necesitas. No caigas en el error de sentir que no quieres ser una carga para otros. Date la oportunidad de aceptar que estas pasando por un mal momento y deja el orgullo de lado. Sabrás que muchas personas están ahí para brindarte el hombro que necesitas para llorar, la escucha que necesitas para poderte desahogar o la frase que necesitas escuchar.
Sé fuente de inspiración para otros y busca a quien te inspire.
Sé el mejor ejemplo para tus hijos, dales la oportunidad de que te vean exitosa en lo que quieres y aprende a relacionarte con ellos apoyándolos en el desarrollo de sus talentos. Ayuda a tus amigos a mejorar sus vidas regalándoles un libro que les pueda servir en su vida o invitándolos a viajar, a conocer otros espacios y a vivir nuevas experiencias de aprendizaje. Toma cursos de crecimiento personal, invita a tu pareja, incluye a tu familia y si así lo desean todos, sumarás en la vida de otros de manera que estas contribuyendo a que tengan una vida más plena.
Aprende a comunicarte asertivamente.
Puedes decir lo que sientes, lo que piensas y pedir lo que necesitas siempre y cuando sea de la forma indicada, en el momento adecuado, con las palabras adecuadas y a las personas indicadas también. Evita desquitarte con otros si las cosas no salen como tus esperas, esto solo erosiona los vínculos y puede generar resentimientos mutuos. Busca y encuentra el momento oportuno para tocar un tema delicado y hazlo con seguridad y autoconfianza, pero sin caer en la soberbia.
Ayuda desde la humildad, jamás desde la superioridad.
Una relación sana está basada en la solidaridad, así que evita el hecho de ayudar desde el control esperando que los demás sean como quieres o hagan lo que tu quieres a cambio del favor o el apoyo brindado. Una acción con esta intención no representa la verdadera solidaridad porque siembra un sentimiento de deuda basado en el chantaje emocional. La reciprocidad, la gratitud y la incondicionalidad son la base de una buena amistad por lo que es mejor que practiques la ayuda desinteresada desde una relación basada en la igualdad.
No te fusiones con nadie, se tu misma.
Las relaciones saludables están basadas en la autonomía e independencia emocional. Aunque te identifiques con alguien, no pierdas tu esencia y no caigas en ningún tipo de codependencia. El secreto está en que respetes tus valores y tus propias metas de vida. Evita caer en el error de dejar de ser tú con tal de complacer a otros o peor aún, con tal de ser aceptada por otros. No sueltes tu camino por recorrer el de otros para no sentirte sola, no abandones tus proyectos por necesitar la compañía de alguien, en pocas palabras no traiciones tus propios ideales.
Aprende a aceptar cuando estás equivocada.
Otra manifestación importante de humildad tiene que ver con el hecho de aceptar tus errores frente a los otros. Cuando sueltas esa idea absurda que muchos tienen con respecto a que cometer errores es signo de debilidad, ya pasaste una de las pruebas más importantes de toda relación que es poner por encima del ego el amor, el cariño y el afecto que tienes por alguien. No eches por la borda una relación, una amistad o un vínculo por darle paso al orgullo.
Aléjate cuando sea necesario rescatar la relación.
Una relación que necesita sanar a veces requiere espacio de recuperación y por lo tanto también distancia. En ocasiones las emociones te pueden superar y necesitas reconocer cuando requieres una pausa como algo necesario para evitar lesiones graves que dañen la relación de forma permanente. Así que cuando sientas que estás a punto de decir algo de lo que te puede arrepentir o que estás a punto de cometer un acto impulsivo, mejor pon tierra de por medio, permite que las aguas se calmen y después, si ambas partes están de acuerdo, regresa y repara.
Ten actividades que fomenten la conexión.
Con amigos, con tu pareja, con tu familia, con tus hijos, en fin, en toda relación siempre es importante la convivencia basada en risas, en juego, en dinámicas constructivas que puedan ayudarlos a conectarse emocionalmente. Una relación también se nutre de los momentos que se plasman en las memorias como momentos de experiencias inolvidables e irrepetibles. Sal a un bosque, haz un picnic, ten una tarde de juegos de mesa, en fin, hay muchas cosas que puedes hacer para fomentar contacto y conexión emocional en cada relación de tu vida.
Aprende a trabajar en equipo.
Si eres muy individualista, es importante que te entrenes para trabajar en equipo. Esto te ayudará a desarrollar el sentido de cooperación necesario para construir relaciones saludables. Además, cuando trabajas en equipo, al mismo tiempo desarrollas la empatía y por lo tanto también la capacidad de apoyar a otros, pones en práctica es la lealtad, el sentido de pertenencia y la creatividad porque aportas opiniones y das soluciones. Esto implica construir en conjunto para el bienestar de todos con objetivos en común. Cuando aprendes de ser líder pero también seguidora, desarrollas la humildad y además generas la cohesión necesaria para trabajar por el bienestar en conjunto.
Karina Suárez Fernández en Psicóloga clínica, psicoterapeuta y mamá de dos adolescentes.
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