11 Errores que suelen cometer las novias

Cuando planeas una boda intentas pensar en todo: las invitaciones, las flores, el vestido, los invitados y la decoración. Pero hay algunos detalles que hasta la novia más organizada podría pasar por alto. Descubre cuáles son los errores más comunes, ¡y evita cometerlos! Estás avisada…

Comprar el vestido antes de elegir el salón

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Cuando mi amiga Mariana se comprometió, lo primero que hizo fue adquirir un elegante vestido, que tenía una larga cauda. Pero luego, con su esposo decidieron hacer la ceremonia y recepción de día y al aire libre. ¿El resultado? La cauda se ensució muchísimo y a la mitad de la fiesta, optó por desprenderla.

Anunciar que te casas antes de fijar la fecha

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¿El error más grande que cometí al organizar mi boda? Contarles a mis amigos y familiares que estaba comprometida, sin antes haber decidido la fecha para el evento, ya que tuve que ajustarme a las agendas de muchísimas personas que ya tenían viajes y compromisos organizados, para que nadie se quedara sin participar de las festividades.

Dejar muchas tareas para último momento

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Como yo planeaba no trabajar la semana del evento, me guardé muchísimas tareas para hacer en esos días. Y, aunque sí pude hacer todo, no solo dormí muy pocas horas cada noche, sino que no me dio el tiempo para hacerme un facial ni para relajarme ni un solo segundo. Aprende de mi error y haz todo lo que puedas con tiempo de sobra, para llegar a tu boda descansada y fresca.

Preocuparte por las pequeñas cosas

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Recuerdo que, en medio de mi fiesta, vi a una camarera pasar con un plato de pastas que no habíamos elegido a la hora de degustar el menú. Cuando le pregunté por qué llevaba eso, me contestó que la opción vegetariana ya se había acabado, y que tuvieron que improvisar. Debo admitir que me molesté y que casi pido hablar con el manager, pero afortunadamente recordé que, en definitiva, lo importante era que me estaba casando con mi esposo, y no quise perder tiempo de disfrute con nimiedades. En definitiva, está perfecto que planees tu boda en detalle antes de que empiece, pero ese día, ¡despreocúpate de todo!

No considerar una wedding planner

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Si has preferido organizar la boda tú misma, quizás podrías evitar el estrés de la última semana (o incluso del día mismo) contratando a una organizadora de bodas, solo para que se encargue de solucionar cualquier problemilla que surja a último momento y de asistir a las reuniones finales con los proveedores, como sugiere la revista Brides. ¡Podrías ahorrarte muchos dolores de cabeza! A continuación, otro dato provisto por esta revista.

No alimentar a tus proveedores

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Lo último que quieres es que tu fotógrafo esté cansado o que los músicos pasen hambre. Asegúrate de que durante el evento les den de comer y beber, para que tengan mucha energía y estén de buen humor. Verás que así harán su trabajo mucho mejor.

Preocuparte por que te copien

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Si temes que una amiga escoja el mismo vestido que tú, o que se robe tu idea súper original para los recuerditos, procura personalizarlos de forma única (con bordados o broches en el caso del vestido, o empaques bonitos para los recuerditos). ¿Otra forma de asegurarte de que no te copien? No cuentes nada sobre los detalles de la boda, y deja que sean una sorpresa para todos los invitados, como propone el portal de bodas The Knot, que brinda más “errores” para que estés atenta.

No pedir ayuda

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Si amas las manualidades, y te has encargado de hacer tu propia decoración, no pretendas también tener el tiempo de organizarla en el salón el mismo día de tu boda. Mejor, y para estar más relajada, contrata a alguien para que disponga los centros de mesa, las guirnaldas y todos los objetos decorativos que hayas creado, o pídeles ayuda a tus amigas.

Hablar de la boda sin parar

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Es normal que estés emocionada con los planes para el gran día, pero procura no volver loco a tu chico hablándole del tema a cada minuto y cada día. Si puedes, designa una noche a la semana para conversar de cualquier cosa menos de la boda. Seguro, tanto él como tú disfrutarán de este pequeño recreo entre tanta organización.

No tener una opción B

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Mi amiga Angie organizó su boda en el jardín de su madre, y decoró el parque con mesas, flores y velas, creando un ambiente de ensueños. El problema fue que, cuando empezó a llover, los invitados tuvimos que entrar a la casa, que no estaba decorada y que no tenía suficiente espacio libre como para bailar. Mejor, ten siempre un plan B, por si el tiempo no te acompañara en tus intenciones de tener una boda bajo las estrellas.

Hacer planes antes de trazar tu presupuesto

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Si vas a ver vestidos de novia antes de saber cuánto dinero puedes gastar, podrías enamorarte de uno que realmente no te convenga comprar (si no quieres tener que cancelar tu luna de miel). “Tu presupuesto define tus opciones e impulsa tus decisiones”, explicó la organizadora de eventos Lynn Easton, a la revista de bodas, Martha Stewart Weddings.