Owen y Emmett Ezell, de Dallas, Texas, compartían el hígado y los intestinos cuando nacieron. En agosto fueron sometidos a una compleja cirugía para separarlos y la operación fue un éxito. Desde entonces, los bebés han permanecido en el Hospital de la Ciudad Médica de Niños en Dallas, Texas, donde tendrán que estar por varios meses más.
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En su primera Navidad, Owen y Emmett celebran, además, el hecho de estar separados, ya que eran siameses, cuando nacieron en julio de este año. Estaban unidos desde el pecho hasta el ombligo; y compartían los intestinos y el hígado.
Por fortuna, después de una prolongada y exitosa cirugía, realizada en agosto, los bebés han sido capaces de tener una vida ya separados y pasar su primera Navidad como personas autónomas.
Y, aunque han tenido que pasar las fiestas en el hospital, sus padres, Jenni y David Ezell, los vistieron de San Nicolás, de manera que ofrecen una adorable estampa navideña.
Los bebés no pueden salir todavía del hospital. Aún los espera otra cirugía a principios del próximo año y, si esta tiene éxito, podrán estar en casa para el verano .
Jenni y Daze supieron que sus hijos eran siameses desde el embarazo. El médico les comunicó que sus bebés estaban unidos por el abdomen durante una ecografía de rutina.
En la actualidad, Owen pesa 16 libras y Emmett ,15. Sus médicos dicen que son unos muchachos muy avispados. Ellos sonríen e interactúan con su familia y con el personal de la Ciudad Médica.
Cuando los ven tan sonreídos y tan hermosamente vestidos de San Nicolás, sus padres suspiran felices: cuando les hicieron saber que sus hijos eran siameses, también les dijeron que sus posibilidades de tener una vida normal y saludable, al ser separados, no pasaban de 5 por ciento.
Jenni y David consideraron interrumpir el embarazo. "Queríamos salvarlos del dolor" , dijo David.
Sin embargo, la pareja pronto cambió de idea, después de que un médico les dijo que sus tenían la oportunidad de luchar .
La pareja, que tiene otros dos hijos , se mudó a Dallas para que los bebés tuvieran los cuidados que requerían. Y el día que tuvieron que separarse de ellos para que los llevaran al pabellón de cirugías, tuvieron el coraje suficiente para decirles adiós con la fe de que los tendrían de vuelta, vivos y separados.
"Como madre, espero no tener que vivir un momento así de nuevo", escribió Jenni en su blog "Los mellizos Ezell".
Por lo que sí tendrán que pasar es por una nueva operación para poner los músculos abdominales de los bebés en su lugar. En este caso, la intervención no durará 11 horas como la anterior, y les dejará apenas una cicatriz de una línea.
Imagen vía The Ezzel Twins Blog