Una mamá está demandando a un hospital después de que los doctores le dijeran que tenía que abortar a su bebito a las 24 semanas de gestación porque tenía muerte cerebral.
Sarah Hagan dijo que los médicos de Sunderland Royal Hospital le dijeron que su segundo hijo no tenía esperanzas para sobrevivir, pero un extraño milagro los probó equivocados.
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La pobre mamá de 38 años de edad recibió las trágicas noticias en mayo del año pasado, donde un doctor le dijo que su bebé no nato tenía muerte cerebral, le faltaba un ojito y que no tenía esperanza de supervivencia.
"Sólo rompí en llanto", recuerda Hagan. "Me dijeron que podía tomar pastillas o ir a Newcastle's Royal Victoria Infirmary donde podían realizar un paro cardíaco al bebé.
La madre decidió tomar las pastillas para terminar su embarazo pero algo extraño sucedió. Las pastillas no dieron resultado, por lo que Hagan tuvo que volver al hospital. Esta vez fue atendida por otro médico quien le preguntó si había visto a un doctor neo natal especializado. Cuando la respuesta fue "no", el médico quedó perplejo. La mandó a una examinación y le dijo que iba a tener que parir en ese momento.
Aaron Hagan Perry nació al día siguiente pateando y llorando. No había daño cerebral y tenía sus 2 ojitos perfectos.
Fue colocado en cuidados especiales porque sus pulmones aún no estaban desarrollados por la etapa de desarrollo donde estaba era muy prematura.
Hoy por fortuna, Aaron tiene 15 meses y su cerebro está a la par con la de otros bebitos de su edad. "Cuando lo veo ahora y pienso en lo que pudo suceder se me salen las lágrimas" reveló Hagan.
Aunque esto es un terrible TERRIBLE accidente, estoy segura que el médico que hizo la interpretación no deseaba herir a nadie. Creo que a veces tenemos que recordar que los médicos son humanos y no máquinas, se equivocan. Claro que sus equivocaciones cuestan más que unos cuantos dólares ya que representan vidas humanas.
Me da mucha alegría que este pequeño guerrero logró sobrevivir inclusive a las pastillas abortivas y seguro vino a este mundo por algo. Yo recuerdo alguna vez lo que una maestra de biología me dijo: "No está en nuestras manos la vida". Creo verdaderamente que uno sólo se va cuando está destinado a irse, mientras tanto todos estos bebitos que sobreviven las situaciones más extremas, siguen aquí por alguna razón más allá de lo que logramos comprender nosotras o los médicos.
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