Murió cuando iba camino al funeral de su inseparable esposa

Hay amores de amores y cuando me enteré de lo que le pasó a esta pareja, no pude evitar pensar en nuestra Celia Cruz y su adorado Pedro Knight, a quien la reina de la salsa llamaba "mi cabecita de algodón", su esposo de toda la vida, y quien sobrevivió a la "guarachera de Cuba" pocos años. El caso de Norman Hendrickson es aún más conmovedor:  a los 94 años murió cuando precisamente lo llevaban al funeral de su esposa Gwendoline quien falleció a los 89.

Ahora Norman descansa en paz con Gwendoline, su compañera y el amor de su vida, con quien estuvo casado 66 años y ambos hacen honor a lo que siempre le pareció una "broma" a amigos y familiares de la pareja que nunca dejarían al otro de lado porque no podían vivir el uno sin el otro.

A mí estas historias de amor me enternecen y me devuelven la esperanza. Cómo habrá sido, que, en el medio de su dolor, las hijas de Norman y Gwendoline resolvieron hacer un solo funeral para honrar a esta pareja que se juró amor eterno y fueron inseparables por más de seis décadas.

Por fortuna, la muerte de Norman no fue penosa, ni dolorosa, sencillamente dejó de respirar cuando iba en la limosina que lo trasladaba al funeral de su querida esposa. 

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