No cabe duda, que el huracán Sandy nos ha dejado grandes lecciones de vida, a todos los que sufrimos sus estragos. Una de ellas, ha sido, darnos cuenta de lo mucho que debemos valorar a nuestros seres queridos, pues lo material, al final de cuentas, se puede reponer. Y son varias las historias, que nos han demostrado que, incluso en los peores escenarios, los milagros existen. Lo digo por el caso de Emma Sofía Pimentel Martínez, una bebita de sólo 13 días de nacida que se salvó en medio de la tormenta, gracias a la ayuda que recibió de un grupo de médicos.
Y es que, como relata un informe del HuffPost Voces, la pequeña se encontraba en cuidados intensivos, en una incubadora, ya que había nacido prematura. Sus padres, sin sospechar que el hospital se vería dañado, se habían ido a su casa, para resguardar sus pertenencias ante la llegada del huracán. Fue entonces cuando se dieron cuenta, a través de la televisión, que la clínica en la que estaba internada su hija, estaba siendo evacuada porque se había inundado y había sufrido la pérdida de luz.
"En ese momento sentí que se me iba la vida y de repente veo [en la televisión] que están sacando a mi bebé", cuenta en entrevista para Univision Noticias,Michael Pimentel, el padre de la recién nacida, quien no dudó en subirse al automóvil de inmediato con su esposa, para dirigirse al nosocomio. Sin embargo, pese a sus esfuerzos, no pudieron ir más lejos, pues en el trayecto se dieron cuenta de que todos los accesos estaban cerrados. "Yo me quería tirar por un puente", cuenta Luz Martínez, la madre de la niña.
¡Menos mal que la pequeña estaba en muy buenas manos! Pues según este informe, los médicos –cual si fueran ángeles protectores– improvisaron un respirador manual en el que soplaban para darle aire a la frágil bebé. Gracias a ello, la salud de la pequeñita, no se vio afectada y luego pudo ser trasladada a otro hospital en el que se sigue recuperando. Sin duda, estos padres le estarán eternamente agradecidos a aquellas personas, que le salvaron la vida a su bebita, pues con nada del mundo se puede pagar, el tener a una hija sana y salva.
Imagen vía Univisión