Mientras pongo en orden un poco la casa, tengo la televisión encendida en las noticias del día. Escucho una que captura mi atención. ¿De qué hablan? Comentan sobre los tesoros escondidos en las tiendas de segunda o Thrift Shop. Es la segunda historia en menos de una semana de personas que han pagado muy poco por pinturas que han podido revender por millones. ¡Ay, mamacita!
Hace poco un señor en Ohio compró un Picasso orignal por sólo $14.14 dólares y ahora piensa que lo puede vender por más de $6,000. También nos enteramos del caso de una persona que compró lo que pensó era una copia de la Declaración de la Independecia de los Estados Unidos por $4 dólares y la pudo vender por $2.4 millones de dólares. Mi mente empieza a soñar, ya que si me preguntas, considero que esto es mucho mejor que jugar a la lotería. Así que me voy a avispar y buscar esas obras de arte que se vean antiguas pero de buena calidad cuando visite estas tiendas. Voy a fijarme que haya una firma si es pintura, que el marco se vea en buen estado y que no tenga ningún rastro de que alguien lo haya manipulado o que tenga tal vez aparezca algún un número de edición.
Con ejemplos así, creo que voy a comenzar a tener un nuevo pasatiempo. ¿Estás lista para irnos de compras?
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Imagen via Pete Boyd/flickr
