¡La felicidad existe y es gratis!

¿La felicidad existe? ¿Podemos ser felices? Sí, podemos. Todos en la vida hemos pasado momentos terribles. Situaciones que nos llevan a extremos: la muerte de un ser querido, un divorcio, una ruptura amorosa, la perdida del empleo, que alguien cercano se enferme. En fin hay tantas circunstancias que pueden hacer que se nos nublen las emociones.

Sin embargo, soy de las que piensan que la felicidad es una actitud – y mira que lo digo después de haber superado todo tipo de tragedias en mi vida-. Quizás esos mismos dolores, me enseñaron que no hay nada como meterle ánimo, energía positiva y buena cara a la vida. En ocasiones es difícil, es verdad, pero hasta en los peores momentos podemos pensar que va a suceder algo mejor. Para mí no hay nada que funciones más que creer con fe y ciegamente en aquel viejo dicho de "todo pasa por algo".

Quienes creen en Dios o en alguna otra deidad, pues se aferran a sus creencias. Creo que lo importante es tener un asidero y saber que sí, la felicidad existe. De esto justamente hablan Dalia y Lucía, en este nuevo episodio de Oye, que puedes ver en You Tube. La amigas se preguntan la una a la otra ¿eres feliz?, respondiendo ambas con un rotundo "sí, lo soy".

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Con el corazón en la mano, Lucía Ballas- Traynor, comparte con nosotras un momento que sin duda, tocó su corazón y fue cuando descubrió que su hijo era sordo. La verdad que viendo este episodio, se me aguaron los ojos. Se me arrugó el corazón de pensar cómo deben haberse sentido ella y su esposo. Cuando uno de nuestros hijos  es diagnosticado con algún tipo de enfermedad siempre inciamos un calvario, el truco está en ponerle pasamanos e imaginarnos paisajes agradables mientras vamos transitando ese calvario para hacerlo más fácil y para crear el paisaje que nos gusta.

Sin embargo, después de que pasas el trago amargo,  te das cuenta que pudo haber sido peor, tal como contó Lucía en su divertida anécdota de que una amiga suya con un fuerte acento en español confundió la palabra  "dead" con "deaf" y la llamó para decirle que estaba feliz porque el niño era sordo, porque ella pensaba que estaba muerto y logró convertir algo tan serio en una anécdota graciosa, pero además le enseñó a Lucía que su situación pudo haber sido peor y de alguna manera la empujó a iniciar la reconquista de su felicidad, porque era muy distinto lidiar con la condición de su niño a haberlo perdido.

Pienso que para las latinas en líneas generales, la salud de nuestros hijos, su bienestar, nuestra carrera, nuestra familia y nuestra pareja, el hecho de que ellos estén estables y saludables nos hace felices. De hecho, las cámaras de Oye, hicieron una corta encuesta en la calle donde todos los entrevistados arrojaron más o menos los mismos datos: tener hijos sanos y hogares felices nos da paz.

En mi caso he aprendido a construir y sentir la felicidad cotidianamente. Cada vez que veo las caritas traviesas de mis hijos o escucho sus carcajadas innundando mi casa, me doy cuenta del tesoro que tengo. Eso sí, amiga, creo que es importante señalar que el poder de ser y sentirnos felices está en nosotras. No podemos dejar que NADA no los arrebate, nunca digas: "él no me hace feliz", para referirte a tu pareja. Nadie tiene que hacerte feliz, tú eres responsable de hacerlo. Mientras mejor actitud tengas ante la vida, mientras más positiva seas y mientras más feliz creas que eres, lo serás. Además, ¡la felicidad es inagotable! Hay para todos y es completamente gratis. No tienes que pagar por ella. Así,que vamos a sonreír, a cambiar la cara y a brindar por nuestra felicidad junto a Dalia y Lucía.   

Mira el décimo episodio de ¡Oye!

Embedded content: http://youtu.be/j9xgNcqEIyU

Imagen vía José Ramón de Lothlórien/flickr