Desde el comienzo de la epidemia del HIV/SIDA, a principios de los años 80, más de 36 millones de personas han fallecido a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA, según estadísticas de ONUSIDA. Sin embargo, aunque sigue siendo una de las enfermedades de más alto perfil de nuestra época, muchos de nosotros ignoramos aspectos claves de la enfermedad. Por eso, queremos hablar de algunos mitos sobre VIH/SIDA en mujeres y cuál es la realidad.
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El primer paso para perderle el miedo a la enfermedad es hacerse la prueba. Toma en serio tu salud y hazte pruebas de rutina constantemente. Es posible vivir con el VIH y encontrar grupos de apoyo de personas que atraviesan lo mismo que tú.
Escucha este episodio de nuestro pódcast 'Mamá Dice' sobre los mitos y realidades en torno al VIH/SIDA en las mujeres:
1. Las mujeres tienen menos riesgo de contraer VIH/SIDA que los hombres.
Esto es falso. Según ONUSIDA, de las más de 37 millones de personas que actualmente viven con el VIH, el 53 por ciento son mujeres y niñas. Además, The Well Project indica que la mayoría de las personas que viven con VIH en todo el mundo son heterosexuales. En Estados Unidos, la Oficina para la Salud de la Mujer sostiene que las mujeres afroamericanas y las hispanas son más vulnerables a contraer la infección. Esto se debe a la estigmatización, la pobreza, la desconfianza hacia los médicos y el miedo a la discriminación, que hace que algunas mujeres no se hagan análisis ni busquen ayuda.
2. Si tienes VIH, te vas a dar cuenta.
La realidad es que pueden pasar años antes de que aparezcan los síntomas del VIH, por lo que podrías portar la enfermedad por mucho tiempo sin darte cuenta. VIH significa virus de inmunodeficiencia humana, un retrovirus que lleva a la progresiva reducción del sistema inmunitario. El SIDA es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida y son los síntomas e infecciones asociados a la deficiencia adquirida del sistema inmunitario. La infección por el VIH se considera la causa subyacente al SIDA. Según ONUSIDA, la mayoría de las personas infectadas por el VIH podrían demostrar síntomas de SIDA a los ocho o 10 años, si no se tratan.
3. No es necesario comenzar una terapia con medicamentos si tienes VIH, a menos que estés muy enfermo.
Lo cierto es que la Organización Mundial de la Salud sugiere que las personas con un diagnóstico de VIH reciban tratamiento inmediato, independientemente de los síntomas. La terapia antirretroviral, que conlleva tomar medicamentos todos los días para suprimir el virus, tiene un impacto dramático en la salud y bienestar de las personas infectadas y sus familias, ya que, si su cuerpo responde bien al tratamiento, pueden tener un 95 por ciento menos de probabilidades de transmitir el virus a sus parejas.
4. Una mujer VIH positiva que queda embarazada transmitirá el virus a su bebé.
ONUSIDA indica que, por lo general, hay un riesgo de un 15 a un 30 por ciento de que una madre contagie a su bebé durante el embarazo y durante el parto. Y también hay probabilidades de contagio a través de la lactancia. Sin embargo, las probabilidades reducen si la madre está en un tratamiento antirretroviral durante el embarazo y la lactancia.
5. No me puedo contagiar de VIH con un piercing o un tatuaje.
La realidad es que sí existe un riesgo de transmisión del VIH si los instrumentos están contaminados y no se han esterilizado antes de ser usados, según ONUSIDA. Esto se debe a que el VIH se transmite por la sangre, así que las agujas deben desecharse o esterilizarse después de cada uso. Cabe destacar que el VIH no solo se contagia compartiendo agujas o jeringas, sino a través de prácticas sexuales en las que haya penetración, siendo el sexo anal 10 veces más riesgoso que el sexo vaginal, según ONUSIDA. También hay un riesgo de contagio mediante una transfusión de sangre o por productos sanguíneos infectados. Sin embargo, existen estándares para una práctica transfusional segura mediante los que se hacen pruebas de detección del VIH previo a una transfusión.
6. El VIH es una sentencia de muerte.
Aunque no existe una cura eficaz contra el VIH, los medicamentos que forman parte de la terapia antirretroviral sí pueden controlar la enfermedad. Esto puede hacer que la carga viral de un paciente sea indetectable, con lo cual reducen los riesgos de contagiar a su pareja a través de las relaciones sexuales, explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Por otro lado, si bien hay investigaciones en curso para desarrollar vacunas preventivas contra el VIH, hasta el momento la Administración de Alimentos y Medicamentos, conocida como FDA, por sus siglas en inglés, no ha aprobado ninguna de ellas.
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