Hola a todas las hermosas mamás que comparten en MamásLatinas sus aventuras con nosotras. En #MamásSinFiltros encontramos ese espacio donde madres como tú y como yo hablamos sin filtros ni tapujos sobre los retos de la maternidad. Hace poco les contaba de esos 4 primeros meses en los que no dormí después del nacimiento de mi bebé y hoy quiero mostrarles lo que hago para mantenerme cuerda y en mi centro siendo madre de tres hijos.
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Soy mamá de 3 varones; Emi tiene 12 años, es un niño divino pero está ya entrando a la adolescencia –con todos los retos que eso implica y para los cuales siento que no estoy aún preparada–, Ibis es un hermoso niño de 10 años –que aunque está en una edad muy linda también se siente muy celoso por la llegada de su hermanito y requiere mucha atención– y por último está Matteo, mi hermoso bebé de 6 meses –que me requiere día y noche y al que todavía estoy amamantando en exclusiva, sin olvidarme de Máxima, mi hijita de 4 patas –también demandante y resentida por la llegada del baby–. Sumado al ser mamá también trabajo felizmente en MamásLatinas, y además soy ama de casa y esposa. Muchos días siento que me vuelvo loca porque estoy multitasking a todas horas, a veces no se ni en donde tengo puesta la cabeza. ¿Les ha pasado?
La fórmula que encontré para mantener la cordura es haciendo ejercicio, pero no puedo ir al gimnasio porque no me da tiempo, sin embargo he encontrado unas estrategias para mantenerme activa acompañada de mis hijitos y de Maxi. ¡Aquí les cuento!
Hacer ejercicio es lo que me mantiene en mi centro pero no tengo tiempo para hacerlo fuera de casa.
Las madres debemos buscar formas de mantenernos cuerdas con los niños en casa, y el ejercicio es una excelente manera de lograrlo. Sin embargo, no me da la vida para irme al gimnasio o a una clase de yoga. Decidí ejercitarme en casa y he logrado incorporar a mis hijos en distintas actividades que me hacen quemar calorías y sacar esa mala vibra, estrés y angustias que se acumula a lo largo del día a la vez que hemos creado una conexión muy linda entre nosotros.
Cuando estaba embarazada de Matteo lograba escaparme a mis clases de yoga.
Durante mi embarazo tuve la suerte de poder hacer yoga, con lo cual me mantuve en forma y evité ganar peso. Era maravilloso poder escaparme al estudio y tener una monitora que me fuera guiando durante mi práctica. Me hacía mucho bien, me aliviaba todos los dolores físicos y me ayudaba también a prepararme para el parto.
En las clases de yoga también encontraba cordura y paz en mi alma.
Lo más maravilloso de hacer ejercicio es el desconectar la mente. Cuando eres mamá estás siempre con un montón de frentes abiertos y preocupaciones múltiples. El tomarte un espacio solo para ti, para descansar, para conectar con tu esencia, con tu yo interior no tiene precio. A mí es lo que me da combustible para enfrentar cada día con la mejor actitud y dar lo mejor de mí misma.
Comprendí que siempre hay un buen momento para ejercitarse.
A Matteo lo tomo como si fuera mis pesas y con él me pongo a hacer ejercicio, confieso que cada día está más pesado pero honestamente me hace trabajar bien duro esos músculos que requieren fortalecerse. Al mismo tiempo le canto, le hablo y el chiquitín está feliz de ser parte de mi rutina de ejercicios.
Mi hijo mayor se ha convertido en mi entrenador personal.
Emi a veces se pone a hacer ejercicio conmigo y cuando sucede me hace sudar la gota gorda. Es un entrenador sumamente exigente y perfeccionista. Además, se cree que su madre tiene 15 años y la resistencia de una jovencita. Yo hago lo que puedo por no decepcionarlo y aprovecho este tiempo para conectar con él y tener un tiempo especial.
Con mi niño el mediano la vida es mejor en el trampolín.
A Ibis le fascina saltar en el trampolín y nada le hace más feliz que yo lo acompañé. Al principio me daba mucha pereza –con la cantidad de cosas que tenía en mi lista para hacer–. Pero poco a poco le agarré mucho amor a lo de salir y brincar con él. ¡Es simplemente maravilloso! Cuando no brincamos me pone de portera y me mete un montón de goles. No se pueden imaginar lo mucho que me ejercito y lo más lindo de todo, los hermosos momentos que compartimos.
Salir a pasear con Maxi es otra manera de ejercitarme.
Les contaba que mi perrita también se puso muy celosa con la llegada de Matteo así que intento dedicarle a ella un tiempito y nada mejor que salir a pasear por el barrio. El bebé está feliz, Maxi no puede estar más contenta con la caminata y yo me relajo a la vez que me despido de unas calorías extras que mi cuerpo no necesita.
¿Extraño ir al gym?
Sí y no. A veces me dan ganas de no hacer ninguna actividad de mamá y dedicarme solo a mí. Pero luego recuerdo lo rápido que crecen los niños y lo mucho que valoro ese tiempo que pasamos juntos, ese ratito que me hacen saltar, que me meten goles, que me regalan sus balbuceos y entonces doy gracias a la vida por poder pasar tiempo con ellos a la vez que mantengo mi cordura. ¿Te animas a encontrar formas de ejercitarte con tus pequeños?