Aunque estamos todavía en otoño, el invierno está a la vuelta de la esquina y sabes lo que eso significa: ropa pesada, blusas de cuello de tortuga, adiós sandalias y bienvenidas las botas. Hay pocas cosas tan desastrosas -y bastante comunes- como unos pies con hongos. En casos extremos impiden incluso usar zapatos o a veces caminar. Pero esta dolencia es tratable y, hoy comparto unos remedios naturales para que soluciones el problema.
Más en MamásLatinas: 10 Olores que indican que tienes una infección en tu parte íntima
Te sorprendería saber la cantidad de productos que tienes en tu casa -especialmente en la cocina- que tienen otros usos. Por ejemplo, los aceites y vinagres, cuentan con grandes cualidades curativas que sirven para curar los desastrosos hongos de los pies.
Recuerdo que mi papá tuvo hongos y su secreto fue el vinagre. Antes de dormir, se ponía el amargo líquido en sus pies y, luego se acostaba muy feliz. Hay otras soluciones accesibles y nada costosas. A continuación, diez remedios naturales para curar los hongos de los pies. ¡Échale un ojo!
Todo comienza con el lavado de los pies.
Todo comienza con la prevención y muchas veces la formación de hongos en los pies se da por falta de higiene o exceso de humedad. Al ducharte asegúrate de lavar bien con jabón la planta y parte de arriba, así como entre los dedos y alrededor de las uñas. Retira el jabón con abundante agua y seca completamente antes de ponerte medias y zapatos.
Puede sonar mezquino, pero debes evitar compartir las herramientas de cuidado.
Las herramientas del cuidado de tus pies deben ser tuyas únicamente. No las compartas con otros miembros de tu familia y prefiere siempre llevar tu propia lima y corta-uñas a los salones de belleza para evitar el traspaso de focos infecciosos.
El vinagre de manzana te ayudará a matar la bacteria que causa los hongos.
Si ya estás sufriendo de hongos, complementa el lavado habitual. Remoja tus pies limpios en una cubeta con medio litro de vinagre de manzana y dos litros de agua tibia. Mantén tus pies remojados hasta que el agua se enfríe, sécalos muy bien y repite diariamente.
Para desinfectar, no existe nada mejor que el agua oxigenada.
Las propiedades desinfectantes del agua oxigenada funcionan muy bien en el tratamiento del también conocido como pie de atleta. Puedes aplicarlo con un algodón o gasa limpia dos veces al día hasta que los hongos desaparezcan.
Las propiedas curativas de la sal de mar eliminan las bacterias y reduce la sudoración excesiva.
Este tratamiento es bastante sencillo y efectivo, sólo debes disolver una cucharada de sal de mar en un vaso de agua y aplicar esta solución sobre los pies limpios varias veces al día.
El aceite de árbol de té es un antiséptico por excelencia.
Además de ayudar a eliminar el acné, el aceite de árbol de té también es muy efectivo en el tratamiento de hongos. Puedes aplicar un par de gotas directamente en los hongos o remojar los pies en una mezcla de agua y unas gotas del aceite por unos minutos cada día.
La piña equilibra su pH natural mientras disminuye las bacterias y hongos.
Mezcla el contenido de una lata de piña en un recipiente y remoja en él los pies, déjalos allí una hora hora y al sacarlos aplica maicena sobre la parte afectada, deja actuar y luego lava y seca muy bien los pies. Es otra receta natural para combatir el pie de atleta.
El Vicks VapoRub es un remedio que no puede faltar en una casa latina.
Las abuelitas siempre tienen razón y por eso aseguran que este ungüento cura casi todo. Frotarlo directamente sobre la zona afectada, es una excelente manera de eliminar los hongos de los pies.
El bicarbonato además de ser un desadorante natural, funciona como limpiador.
Agrega una cucharada de bicarbonato de sodio a un poco de agua tibia hasta lograr una pasta uniforme. Con ella frota con suavidad la zona afectada, deja actuar unos minutos, retira con agua tibia y seca muy bien tus pies.
El ajo está compuesto de alicina, un componente antioxidante que ayuda a matar los hongos.
Haz una infusión con cinco dientes de ajo y una taza de agua. Vierte la preparación en un cuenco y cuando esté tibio, sumerge en él los pies, déjalos remojar por 15 minutos, luego seca muy bien tus pies y repite diariamente por al menos cuatro semanas.