Marido y mujer llegaron a pesar 614 libras y no creerás qué hicieron para perder casi la mitad

Además de ser esposos, Robert y Jessica Foster tenían algo en común: la obesidad. Entre los dos llegaron a pesar 614 libras. Se dice fácil, pero hay que verle la cara a ese peso. Cada uno vivía su tragedia a su manera. Jessica se sentía invisible y actuaba en consecuencia: como si no hubiera en ella nada que valiera la pena mirar y por lo mismo trataba de pasar desapercibida. Robert en cambio presumía de su gordura y se jactaba de que adoraba las parrilladas, la carne, no compraba ni comía vegetales y hasta usaba franelas con frases tan terribles como "yo derroté la anorexia". No vas a creer como terminó este par.

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Claro que la actitud de Robert era "de la boca para afuera". Se ponía T-shirts con frases "cómicas" alusivas a su gordura. Pero en el fondo estaba resentido con la vida y consigo mismo. Y algo tan sencillo como llevar a sus niñas al parque le resultaba imposible porque vivía exhausto. Tampoco podía disfrutar en el parque de diversiones sencillamente porque no podía ponerse en el cinturón de seguridad.

Jessica dice que adoraba a sus hijas y a su marido, pero que se odiaba a sí misma. Entonces, cuando se acercaba la fecha de su cumpleaños número 30, Jessica y Robert tuvieron una conversación de esas que te cambian la vida para siempre. No podían seguir así. Algo no estaba bien.

Jessica resolvió comenzar a hacer clases de Zumba. Y en pocas semanas perdió 14 libras. Aquello la motivó y empezó a montar bicicleta y a usar la caminadora. Se puso como meta "sudar" por una hora por lo menos tres veces por semana. Cuando lo logró, supo que no había vuelta atrás.

Robert empezó con un plan de jugar tenis y de comer su cena despacio. Cada uno empezó a agregar más ejercicio a sus actividades cotidianas incluyendo senderismo y natación. Al poco tiempo Robert corrió su primera carrera de 5 kilómetros.

Yo solo puedo decir que las endorfinas hicieron el milagro en esta pareja. Y si antes eran adictos a la comida, ahora los dos son "adictos" al ejercicio. Para hacerte un cuento largo corto, entre los dos han perdido 280 libras. Jessica se quitó 120 odiosas libras y Robert 160. Increíble.

Ya Jessica no se siete invisible y Roberto no es el gordo de la partida. Están motivados, llenos de energía y listos para comerse el mundo. Ni que decir que la vida de toda la familia cambio.

Y todo gracias a la fuerza de voluntad de esta pareja, al ejercicio, a una dieta más saludable y a la fuerza del amor que todo lo puede.

Imágenes vía Robert Foster/Facebook