Los gérmenes están de fiesta. Acaban de enterarse de que los jabones que nos habían vendido como "antibacteriales", en realidad no lo son. Son jabones, eso sí, pero no es que maten las bacterias. Muy por el contrario, podrían más bien estimular su reproducción.
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El propio gobierno estadounidense bajó a los consumidores de esa nube. Sus voceros han afirmado que no se ha encontrado evidencia de que los jabones antibacterianos de uso común impidan la propagación de gérmenes.
Pero eso no es todo. Los funcionarios encargados de la regulación de los productos que se ofrecen al público desean que los fabricantes prueben que sus productos no representan un riesgo para la salud de los consumidores.
Porque el caso es que se sospecha que los tales jabones podrían ocasionar más daño que beneficios.
Los científicos de la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA por sus siglas en inglés) anunciaron que han reconsiderado la seguridad del uso de triclosán, -el agente desinfectante hallado en el jabón-, ya que el triclosán podría interferir con el nivel hormonal en los animales de laboratorio y estimulan la reproducción de bacterias.
El resultado preliminar brinda nuevo respaldo a los investigadores ajenos al sector, quienes desde hace mucho vienen advirtiendo que las sustancias químicas son, en el mejor de los casos inefectivas; y en el peor, una amenaza a la salud pública.
Nuevamente se demuestra que los grandes remedios tradicionales siguen teniendo vigencia y son los mejores.
Nada supera una buena lavada de manos con agua y jabón. Jabón del de toda la vida.
Imagen vía Thinkstock