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Un nuevo descubrimiento científico podría darnos la clave de por qué nos cuesta tanto perder peso, sobre todo después de haber intentado cuanta dieta y régimen alimenticio Dios creó. Y resulta que, tras años de años comiendo de más y atiborrándonos de comida, han cambiado nuestro cerebro. Te preguntarás, ¿qué tiene que ver el cerebro con el estómago? Pues sigue leyendo…
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No es como en el caso de la magnesia que no tiene nada que ver con la gimnasia. Es todo lo contrario. Resulta que nuestra dieta afecta nuestro cerebro. Nos la pasamos comiendo alimentos que engordan y eso envía señales al hipotálamo, la parte del cerebro que regula el metabolismo. Al entrar en el hipotálamo, las células inflamatorias causan daño neurológico.
Como comprenderás, no soy neuróloga, pero sí me preocupo por comer y estar saludable. Por eso me llamó la atención esta "teoría del daño hipotalámico", porque me parece que abre una ventanita que nos puede ayudar a perder peso y vivir una vida más sana.
Según un estudio de la Universidad de Liverpool en el Reino Unido, "una dieta alta en grasas y carbohidratos simples saturados pone en marcha una reacción en cadena de la disfunción metabólica que implica la regulación de las hormonas leptina y grelina".
Como dicho así, eso no se entiende, te cuento que el trabajo de la leptina es suprimir el apetito, mientras que la función de la grelina es aumentarlo. Según el estudio de marras, está todo dicho. Pero además, una dieta alta en carbohidratos grasas puede dar lugar "alteraciones en la plasticidad estructural", es decir ¡cambios en el cerebro!
Sucede que, con el tiempo, "consumir demasiadas calorías de grasa y azúcares simples daña los nervios que llevan las señales a través del hipotálamo, lo que afecta la función de la leptina y la grelina, y por lo tanto la capacidad del cuerpo para regular el peso y el metabolismo", dice el estudio. En otras palabras, el cerebro está fuera de control y ya no puede confiar en los mensajes que le envías sobre el apetito, el hambre y la saciedad.
Mientras que algunos daños en el hipotálamo pueden ser permanentes, es posible que algunos se puedan revertir. La manera de hacerlo es consumiendo alimentos de pobre contenido en grasa. Por eso es importante que en cualquier dieta para perder peso reduzcamos el consumo de calorías, grasas y carbohidratos.
En conclusión, no todo está perdido: el cambio a una dieta saludable puede curar el daño hipotalámico que está haciendo estragos en el hambre y la sensación de satisfacción. Pero además ten en cuenta que la pérdida de peso permanente requiere tiempo. La ciencia sugiere que hay que darle tiempo al sistema de mensajería metabólico del cerebro para sanar.
Imagen vía Thinkstock