
La presentadora mexicana Karina Banda, esposa de Carlos Ponce, se sinceró en entrevista sobre el duro momento por el que atraviesa en el plano personal, luego de que decidiera pausar sus sueños de convertirse en mamá.
La integrante de Desiguales compartió en una de sus charlas más sinceras que por el bien de ella, de Carlos y de su matrimonio optó por dejar que la vida fluya y confiar en los planes de Dios, quien es el que tiene la última palabra sobre el día en que ella se convertirá o no en mamá.
Estas confesiones llegan después de que Karina Banda cumpliera ya un año desde que se sometió a un tratamiento de reproducción asistida, el cual hasta el momento no ha funcionado. Esto la llevó a soltar y a replantearse sus deseos de ser mamá.
Le puso freno a sus deseos de ser mamá.
Todos sabemos y hemos escuchado lo mucho que Karina Banda anhela convertirse en mamá. Ella así lo ha compartido en sus programas, en entrevistas o en sus redes sociales, pero, hasta el momento, no ha podido cumplir ese gran sueño. Esto le comenzó a generar cierta frustración, tal y como ella misma lo reveló en entrevista.
“Por ahora, lo puse en pausa porque la realidad es que es bastante abrumador pasar por un proceso de reproducción asistida y sentí que era necesario. Estaba un poquito agobiada, me sentía muy estresada”, detalló en la plática que tuvo con Mezcal TV.
Ahora está enfocada en ella y en su salud.
El cambio de postura de Karina Banda, quien ya tiene 36 años, llevó acompañado de un cambio de vida y de rutina. Ahora la expresentadora de Enamorándonos USA está enfocada en entregarse al 100% en ella, por lo que ya comenzó a dedicarse más tiempo a su salud y a su cuidado personal.
“Quise enfocarme en mí, volver a sentirme yo. Ahora mismo estoy haciendo ejercicio, estoy tratando de comer mejor, bajar de peso, que al final del día todo eso colabora a la causa, o sea, el hacer ejercicio, el yo estar bien”, se sinceró.
Su deseo de quedarse embarazada la tenía muy estresada.
En otro fragmento de la conversación, la esposa de Carlos Ponce destacó que a partir de ahora se tomará las cosas con muchísima más calma, ya que considera que los niveles de estrés que manejaba pudieron afectar el éxito de su tratamiento.
“La verdad es que el estrés lejos de ayudar puede ser un factor que perjudique mucho en un proceso como este y yo estaba muy estresada. Es muy duro. Es una montaña rusa, o sea, literalmente me viví una montaña rusa por todo un año: subidas, bajadas, un día es una buena noticia, otro día no tanto”, detalló.
El que haya puesto en pausa sus deseos de ser mamá, no significa que la mexicana ya le haya cerrado las puertas a la maternidad. “A veces las pausas son buenas. Confío y le pido a Dios que esta pausa me ayude a agarrar fuerza para volver a intentarlo. Ahora sí que todo está en manos de Dios”, dijo esperanzada la presentadora.
Reiteró que Dios tiene la última palabra.
Karina, así como miles de mujeres más, han recurrido a distintos métodos para lograr convertirse en mamás, pero en muchos de esos casos sus intentos han resultado en vano. Esto refuerza la teoría de la presentadora de que Dios, y no la ciencia, tiene la última palabra sobre traer vida al mundo.
“Cuando muchas personas quizás no ven bien el hacer un embarazo o el hacer un proceso de reproducción asistida porque piensan que no es algo donde está la mano de Dios, sino la mano del hombre, yo les digo que, por más manos que meta el hombre y por más que queramos que así sea, al final las decisión es de Dios y, si Dios no quiere que sea, no va a ser. Yo ahora estoy pidiéndole que me dé la oportunidad de ser mamá”, concluyó.