Para las que no somos católicas de hueso colorado, les platico que Semana Santa es una semana de reflexión y de abstinencia. Admito y confieso que no soy fan de ir a la Iglesia, pero este domingo asistí y recordé lo que tantas lecciones en el colegio de monjas me enseñaron.
La Semana Santa, entiendo, que es la culimnación de la Cuaresma y con ello celebrar el domingo que viene la Resurección de Jesús. Yo no hice penitencia alguna y francamente lo olvidé, pero voy a experimentar en esta semana no comer carne ni pollo. Además es una época excelente para perder peso y leberar al cuerpo de toxinas.
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Le pregunté a una amiga nutrióloga que dieta podía seguir con la finalidad de desintoxicar mi cuerpo, y con suerte, mi pobre alma atormentada en esta semana tan especial… Aquí se las dejo:
Lunes y miércoles:
Desayuno: Yogur y granola con café o jugo
Almuerzo: Lentejas guisadas con zanahoria y brócoli hervido
Merienda: Gelatina y fruta
Cena: Ensalada de atún
Martes y jueves:
Desayuno: Cereal con leche y 2 frutas. Jugo de naranja
Almuerzo: Arroz, huevo, tomate y un jamón.
Merienda: Yogur
Cena: Salmón a la plancha con calabazas.
Viernes:
Desayuno: Leche con café, y una rebanada de pan integral con nutella (¡poquita nutela!) y frutas.
Almuerzo: Sopa de verduras
Merienda: Gelatina
Cena: Pimientos rellenos de queso panela y una fruta
Sabado:
Desayuno: Café con leche o jugo, con 6 galletas (¡Qué no sean Oreo por Dios!
Almuerzo: Patatas guisadas con aceite de oliva y pimienta y verduras a elección, acompaño de arroz.
Merienda Fresas con crema con azúcar de dieta.
Cena: Puré de zanahoria con salmón a la plancha.
Domingo:
Desayuno: Café con leche, una pieza de pan y una de fruta.
Comida: Espinacas con jamón y pasas y un yogur de frutas.
Merienda: Una rebanada de queso fresco y membrillo.
Cena: Sopa de pescado y una pieza de frutas.
Imagen vía Thinkstock