
¿Alguna vez te ha pasado que estás en tu habitación pensando –por ejemplo– en ir a la sala para revisar que las ventanas estén bien cerradas y cuando llegas al lugar, ya no te acuerdas para qué ibas o qué querías hacer ahí? ¡A mí me pasa todo el tiempo! Y aunque en un principio me aterraba la idea de que me estuviera dando Alzheimer (sí soy un poco exagerada) luego me tranquilizó saber que hay cosas cotidianas que te nublan la mente. Así es, al parecer –y por muy raro que te suene—algunas acciones tan triviales, como cruzar una puerta, pueden hacer que tu mente se quede completamente en blanco, según un informe de la revista Selecciones.com.
Así, estas son las tres cosas cotidianas que podrían provocarte "lagunas mentales" de acuerdo a esta fuente:
- Puertas. Si has notado que cuando pasas por debajo de una puerta, luego ya no te acuerdas de lo que tenías en mente ¡no es pura casualidad! Y es que, supuestamente, está científicamente comprobado, que cuando una persona pasa por una puerta, se activa un fenómeno psicológico llamado umbral de sucesos el cual separa los pensamientos y los recuerdos. Esto significa, entonces, que cuando estás en una habitación, el cerebro archiva todos los pensamientos que surgen en ese momento, pero cuando sales del cuarto, prepara una página en blanco para que vuelvas a "archivar". Es por eso que resulta difícil recordar lo que pensabas antes.
- Espacios abiertos. Reconozco que tengo un pésimo sentido de la orientación y que sólo me ubico cuando veo una tienda o un edificio conocido. Y en este contexto, es común que cuando no reconozco el lugar, comience a caminar de un lado a otro, sin llegar a ningún lado. Al parecer, no soy la única a la que le ocurre esto, ya que según este informe, los espacios abiertos, donde no hay puntos de referencia visibles, pueden hacernos mover en círculos. Lo anterior debido a que, según estudios, con cada paso que se da, se produce una pequeña desviación en los sistemas cerebrales de equilibrio y de consciencia corporal, lo que hace que la persona camine en círculos cerrados. Algo que no ocurre cuando se cuenta con la referencia de un edificio, por ejemplo.
- Sonidos agudos: ¿A quién no le molesta el sonido de una moto o de la alarma contra incendios? Lo peor de todo es que, una vez que escuchas este tipo de sonidos, es difícil que puedas volver a concentrarte. Esto se debe a que nuestro cerebro tiene problemas para procesar los sonidos agudos. Y es que, nuestro sistema perceptivo está acostumbrado a soportar los sonidos naturales que se disipan gradualmente, pero los sonidos que no cambian ni se apagan poco a poco, pueden ser molestos para nuestros sentidos y hacernos perder la atención.
Así es que ya sabes, si tienes algo importante que hacer y no lo quieres olvidar, es mejor que evites cualquiera de estas tres situaciones, porque al parecer, podrían dejarte con la mente en blanco.
Imagen via dospaz/Flickr