Yo tengo una vajilla que lleva más de 6 años conmigo y sigue intacta. No la uso más porque ya me aburrió, pero sé que hice no solamente una buena compra sino que además, los cuidados que le di fueron muy buenos. Yo tengo la regla en casa de que no hay vajillas especiales para los invitados y la que uso es la más bonita y cara que pude adquirir para consentir a la familia. Por eso, tengo que cuidarla como al niño de mis ojos. Y mis consejos te ayudarán a lograr la longevidad de tu vajilla. ¡Ya verás!
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Seguro que estarás pensando que me aviento la lavada a mano. ¡Ni loca! Yo si uso mi lavatrastes todos los días. Cuando mi mamá venía a visitarme siempre quería lavarlos a mano y desde que le enseñé lo maravilloso de la tecnología, aún con su costumbre arcaica de hacer que su muchacha los lave a mano y dejar el lavaplatos de adorno, adoptó la nueva técnica de lavado. Pero hay trucos para que no se rompan los platos dentro del lavaplatos y para que durante el uso no se despostillen.
Tienes que separar los cubiertos de los platos y los vasos y por eso, el lavaplatos es efectivo porque todo tiene un lugar para cada cosa. Se supone que solo debes enjuagarlos pero yo les doy una pasadita de jabón como para quitarles cualquier cosa que se pegue y los deposito suavemente uno por uno. Eso sí, utilizo la parte suave de mi esponja y agua tibia.
Cuando salen del lavatrastes o lavaplatos ya secos, los coloco en los estantes sobre bandejas plásticas, una para los platos extendidos y otro para los platos hondos. Hago hincapié que son bandejas plásticas, porque con las de metal corres el riesgo de que se manchen por una inoportuna oxidación. Mi vajilla es de un material resistente a temperaturas altas, al microondas y no se rayan fácilmente. Como te decía, yo no tengo vajilla para las visitas, pero si tú sí, te recomiendo que la de visitas la guardes con papel burbuja para evitar que se despostillen. Recuerda que ahí pueden crecer hongos y lo último que necesitas es enfermar a tus comensales.
Imagen vía La Belle Avenue/Flickr