Todas sabemos que la belleza cuesta, pero ahorrarnos unos centavitos puede costarnos muy caro. Ese fue el caso de esta pobre mujer que con tal de aumentarse lo glúteos acabo peor de cómo empezó.
Claro, todas nos emocionamos con la promesa de que una inyeccioncita puede hacernos ver como Jennifer López y hasta advertimos que no queremos terminar como Alejandra Guzmán, pero la realidad es que lo seguimos haciendo y podemos terminar viéndonos así…
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"Camila" se inyectó unn sustancia para aumentar sus pompis en la ciudad de Nueva York, pero nunca se imaginó los resultados. Comenzó todo con un pequeño moretón posterior a su inyección, el cual comenzó a crecer y crecer y a dolerle. La gente le decía que fuera con un médico pero espero más tiempo.
De pronto, todos sus glúteos estaban negros y rígidos como roca. La fiebre no se detenía hasta que terminó hospitalizada. Los médicos no entendían qué le estaba sucediendo porque no sabían qué le habían inyectado realmente.
Esta pobre mujer terminó con un especialista en Miami, el Dr. Rafael Antun, quien por medio de un tratamiento de láser logró ablandar la sustancia desconocida en sus glúteos.
"Lo que inyectan se llama biopolímero, los doctores le cambian el nombre y dicen que es sustancia aceptada por el cuerpo. No es cierto, es plástico", declara el doctor Antun.
Estas sustancias son ilegales y pasan a USA disfrazadas como gel o sustancias para cabello. La realidad es que eso es lo que muchas veces inyectan en salones de belleza o clínicas sin el mínimo de higiene donde en cualquier descuido o emergencia no se tiene el menor equipo para tratarte y puedes morir inmediatamente
"Estoy bien traumatizada y me arrepiento mil veces", declara Camila después de todo lo sucedido. "No vale la pena".
¿A quién no le gustaría lucir un trasero envidiable? Puedes hacerlo, pero el doctor Antun advierte que el único procedimiento seguro es transferir grasa del mismo cuerpo hacia tus propias pompis. Y aun así hay riesgos.
Recuerden que unas pompis más grandes y torneadas puedes lograrlas con sentadillas diarias y sin riesgos. ¡Prefiero mil veces 5 minutos diarios de ejercicio que sufrir el riesgo!
Imagen vía Thinkstock