Porque soy mujer y latina me encanta una crema para las manos, una loción para mi cara y cuello, una crema hidratante, una suavizante, otra regeneradora, pero además tengo debilidad por los tratamientos de belleza naturales, esos que puedes hacer tu misma con lo que tengas en el refrigerador o despensa, esos mismos que hacían nuestras abuelitas.
Uno de esos tratamientos es la mascarilla de avena y yogur. Me gusta aplicármela en el rostro y en las manos, porque tiene un efecto suavizante que hace que mi piel se vea lozana y "estiradita". Y es que si bien el yogurt tiene un efecto hidratante, la avena en cambio suaviza la piel y la tensa.
Para preparar esta mascarilla alisadora, sólo tienes que mezclar en el bol de un procesador de alimentos media taza de yogurt natural, sin azúcar, con tres cucharadas de hojuelas de avena. La idea no es licuar los ingredientes, sino triturar un poquito la avena para facilitar el contacto del almidón con el yogur.
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Luego, te peinas hacia atrás y te proteges el cabello con una cinta y sobre la piel de tu cara perfectamente limpia, sin restos de maquillaje, ni lociones, con la ayuda de una brochita, te aplicas la mascarilla en la frente, nariz, mejillas y barbilla, evitando siempre el área de los ojos.
Para que el relax sea total, hago esto cuando no hay nadie en casa. Pongo una toalla sobre mi almohada, corto dos rodajitas de pepino frío para ponérmelas en los ojos y me acuesto 15 minutos para que la mascarilla haga su efecto. Pasados los 15 minutos, retiro la mascarilla con abundante agua. El efecto es milagroso, por decir lo menos.
Prueba y me cuentas.
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