Las uñas vuelven a ser protagonistas en la belleza este año. Ya pasó la tendencia de los colores locos y los diseños que sólo podían usar con comodidad las adolescentes. Hemos regresado este año a las manos elegantes, con uñas de colores clásicos.
Para la primavera vienen los pasteles: colores claros, como el beige, el blanco y el rosa claro. Para el verano los corales y los rojos carmesí. El otoño también está decidido con tonos más oscuros como el vino tinto y el marrón.
Pero por encima de todo, lo más importante a la hora de lucir manos impecables no es el color, si no lo bien cuidadas que estén las uñas y la calidad de la manicura. Hacerse la manicura es un proceso que requiere cierto esmero y dedicación. Si vas a hacértela profesionalmente, asegúrate de que la persona se tome su tiempo, que la forma sea como te gusta y que se observen las mayores normas higiénicas. Si puedes, lleva tus propios utensilios. Ahora, si eres como yo que te arreglas tus propias uñas, aquí te comparto algunos truquitos para asegurarte de que te queden bien y el esmalte te dure el mayor tiempo posible:
- Date un buen masaje en las manos con una buena crema. Asegúrate de masajearte las cutículas. En las tiendas donde venden cosméticos, farmacias y hasta supermercados hay cremas especiales para trabajar las cutículas. Si no tienes crema a mano, puedes usar aceite de cocina, preferiblemente el de oliva, enjuague de cabello o hasta vaselina. Empújate las cutículas hacia abajo con un palito que termine en forma de cuña. La decisión de cortártelas o no es personal, pero para la manicura en casa no es lo más recomendable.
- Evita el cortauñas o las tijeras, a menos que vayas a reducir considerablemente el tamaño de tus uñas. Una buena lima es la mejor herramienta para dejar las uñas del largo deseado.
- Antes de aplicar el esmalte, agítalo entre las manos. Introduce el pincel, escúrrelo en el borde y aplícalo comenzando con una pincelada grande en el centro y completando con otras dos a cada lado, hasta cubrir toda la superficie.
- Asegúrate siempre de hacerlo en capas finas, para evitar problemas de secado o la formación de burbujas de aire. Respeta el tiempo de secado entre capa y capa: es la forma más sencilla de conseguir un buen resultado.
- Si tu esmalte se ha quedado algo reseco o demasiado espeso a causa del paso del tiempo, no le añadas acetona. Es mejor sumergir el envase en un recipiente con agua caliente, casi como al baño maría, para diluir el esmalte y devolverle la fluidez perdida.
- Y un pequeño truco: lograrás un color más intenso y homogéneo, sea cual sea el que hayas elegido, si previamente prepara la uña con una capa de base blanca.
Imagen vía idsartha/flickr