Exfoliante casero de tomate para un cutis radiante y luminoso

No me canso de repetir la importancia de exfoliar la piel como parte de nuestra rutina de belleza. Y no me refiero a exfoliarte de cada año un día, ¡no! Es necesario exfoliar el cutis por lo menos una vez a la semana. Claro, todo dependerá del tipo de piel que tienes y qué tan suave es el exfoliante. Mientras más suave sea el exfoliante, más te lo podrás aplicar. Y mientras más grasa sea tu piel, más necesitarás exfoliarte. A mí me encantan los exfoliantes caseros hechos a base de frutas, vegelates y aceites naturales, como este de tomate que te dejará el cutis súper radiante y luminoso. 

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El tomate es un astringente natural que ayuda a combatir el acné. Es rico en vitamina C, un antioxidante por excelencia que regenera, hidrata e ilumina el cutis.

Además de usarlo para exfoliar la piel, también puedes utilizar el tomate para preparar marcarillas en casa o como tónico, ya que tonifica la piel de manera natural y ayuda a eliminar el exceso de grasa y los puntos negros. 

Este exfoliante a base de tomate me encanta porque me deja la piel súper luminosa, y estoy segura que se convertirá en uno de tus favoritos. Y lo mejor es que es ideal para todo tipo de piel. 

Ingredientes:

– 1/2 tomate bien maduro 

– Una cucharada de azúcar moreno 

– 1/2 cucharada de miel 

Preparación y aplicación:

Con una chuchara, extrae la pulpa del tomate y échala en un bol mediano. Luego, agrega el azúcar moreno y la miel y mézclalos muy bien hasta formar una pasta cremosa. Si sufres de acné o tienes la piel muy grasa, agrega el jugo de medio limón. En el cutis, previamente lavado, aplícate esta mezcla con movimientos circulares durante varios minutos. Luego, déjalo actuar en la piel por unos 10 minutos y retira el exfoliante con agua templada. 

Para optimizar los resultados y lograr un cutis aun más radiante, una vez retires el exfoliante, te recomiento aplicar la pulpa de la otra mitad del tomate directamente en el rostro. Déjala por unos minutos para que penetre en la piel. Luego, retíralo con agua templada y prosigue con una crema hidratante.

Ya sabes, cada vez que vayas al supermercado, asegúrate de comprar un tomate extra para aplicarlo en tu rostro. Ya verás que me lo agradecerás.