Cenando en familia, mis hijos dijeron muy entusiasmados "¡juguemos a adivinar animales con las letras de las galletas!", te confieso que fue un momento muy divertido e importante, me dí cuenta de todo lo que me perdía con las prisas del día. Comprendí que cenar con mis seres amados es algo más que una comida y aquí te cuento todo lo que descubrí.
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Imagen vía Corbis
Calor de hogar
Antiguamente, las familias encendían una fogata y se sentaban alrededor con la intención de calentarse y alimentarse, eso les daba seguridad y protección desde la hoguera. Ahora quizá no enciendas una fogata pero la cena en familia sigue simbolizando la calidez, la unión y protección desde tu hogar.
Proporciona sentido de pertenencia
Tus hijos se sienten aceptados y queridos y esto los ayuda a socializar e integrarse a otros grupos de una mejor manera, es un momento en donde se refuerza la unión familiar como grupo, por lo tanto hay cohesión y oportunidades para sentir que son parte del núcleo.
Cierre de aprendizajes
Es el momento ideal de las reflexiones del día, un espacio para que asimilen las experiencias de todo lo ocurrido y lo compartan dialogando. Es una oportunidad maravillosa para que tus hijos vayan animándose a dar opiniones y puntos de vista en un espacio protegido.
Fomenta la actitud de cooperación
Cenando en familia fomentas el trabajo en equipo y la colaboración en las tareas, desde elegir el platillo, hasta poner la mesa y servir los alimentos. Todo esto lo convierte en un momento de entrenamiento para el establecimiento de acuerdos.
Fortaleces los lazos
Es un momento de unión donde todos interconectan sus historias y vivencias del día y si muestras interés, el diálogo puede sustentar el apoyo y la confianza entre cada uno. Son momentos de sustento y contención emocional que fortalecen los vínculos de amor, un momento donde dices: ¡Aquí estoy y te escucho!
Mejora sus habilidades sociales
El Centro Nacional sobre las Adicciones y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia dictaminó un informe que sustenta que cenar en familia previene problemas de conducta en los niños y adolescentes ya que es un hábito que reduce las tensiones mentales y el aburrimiento.
Oportunidad para detectar problemas
Durante la cena, podemos observar la actitud de todos. Las madres tenemos un sexto sentido que nos permite identificar de manera inmediata si algo está pasando con nuestros hijos así que cualquier señal de alerta en el comportamiento saldrá a la luz.
Incrementas la capacidad lingüística
Si fomentas este hábito, puedes ampliar el vocabulario de tus hijos y por lo tanto sus habilidades de comunicación. Te cuento que en un estudio realizado por la Universidad de Harvard, se llegó a la conclusión de que cada 2,000 nuevas palabras que un niño aprende, la mitad las escuchó por primera vez a la hora de la cena.
Beneficios mentales y nutricionales
Según la American Academy of Pediatrics cenar en familia disminuye el riesgo de tener sobrepeso y de padecer trastornos alimenticios y según la Universidad de Minnesota, es una actividad que reduce el riesgo de depresión.